Las cifras económicas del centro comercial Finestrelles no levantan cabeza desde que se inauguró en 2018. Las instalaciones registran casi la plena ocupación de sus locales, pero las cuentas se ven lastradas por la enorme deuda que los promotores contrajeron para construir el complejo. Desde su entrada en funcionamiento lleva contabilizado un agujero de 19 millones.

En 2020 los locales sufrieron el golpe del coronavirus. Finestrelles hubo de cerrar durante dos meses. Luego reabrió, pero con restricciones intermitentes de aforo. Además, las tiendas reclamaron a la empresa propietaria una rebaja de los alquileres, dada la poca cuantía de las ventas.

DISPENDIOS

La situación se normalizó en el curso de 2021. Finestrelles alcanzó la velocidad de crucero y facturó 5,3 millones. La partida de gastos incluyó 5,2 millones ordinarios, otros 2,8 por la amortización del inmovilizado y 2,4 al déficit financiero.

Todo ello abocó a una pérdida final de 5,2 millones, similar a la del año precedente. Desde que se inauguró un lustro atrás, el quebranto acumulado suma 19 millones.

INVERSOR BELGA

El recinto fue impulsado por el grupo belga Equilis, que invirtió 120 millones en erigirlo. La mitad de ellos los financió la banca. Al cierre de 2022, Finestrelles contabiliza una deuda de 65 millones, garantizada mediante hipoteca sobre el propio inmueble.

Equilis no mantuvo el activo en su cartera mucho tiempo. A mediados de 2020 vendió el 100% a la inmobiliaria francesa Frey, por 127 millones.

INSTALACIONES

El nuevo dueño habrá de emplearse a fondo para reducir la carga inherente a los pasivos, pues de lo contrario será harto complicado que las cuentas arrojen números negros.

Finestrelles abrió sus puertas en noviembre de 2018. Abarca casi 4 hectáreas, que albergan 110 locales comerciales y 2.200 metros cuadrados de restaurantes.

Interior del centro comercial Finistrelles / GOOGLE

El predio sobre el que se levanta el centro comercial tiene una historia muy movida. Forma parte de una parcela que abarca, además, una larga lengua de terreno situada en el lado norte de la Diagonal, donde ahora se desarrolla una vasta promoción de pisos de lujo.

FAMILIA SANAHUJA

La finca entera perteneció históricamente a la eléctrica Fecsa y a socios franceses. Sobre los solares se alzaba una batería de torres de alta tensión. La compañía soterró los cables y vendió la propiedad a la familia Sanahuja, dueña del centro l’Illa Diagonal.

La saga antedicha pretendía erigir un conjunto de bloques de viviendas, pero durante la pasada crisis inmobiliaria el grupo Sanahuja se desplomó en una cascada de suspensiones de pagos. La banca acreedora se quedó la hacienda y un tiempo después la enajenó a otros promotores.

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