La paradoja de Entrecanales, el potentado ‘español’ que mantendrá en pie el Museu Picasso

Una de cal y otra de arena. En su programa, Ada Colau advierte que el Ayuntamiento priorizará permanentemente las adjudicaciones a pequeñas empresas de economía solidaria y a cooperativas. Pero la cruda realidad es muy diferente: el Museu Picasso, que depende del consistorio, acaba de adjudicar un contrato de 702.355 euros a Acciona, la multinacional que preside José Manuel Entrecanales. De pequeña empresa, compañía de economía solidaria o cooperativa, nada de nada. El contrato es para la conservación y el mantenimiento del edificio que alberga el museo y se articula a través de la Fundació Museu Picasso y el contrato correrá a cargo de Acciona Facility Services, una filial de la multinacional. Además, existe la posibilidad de que el contrato se prorrogue hasta tres años, por lo que el Museu ha consignado una reserva de capital de 2.154.494 euros.

Es un exquisito bocado que muchas empresas quisieran para sí. Pero son las paradojas de la política. Es el resultado contrario a las intenciones iniciales. En esta ocasión, la labor que desarrollar no deja de ser muy técnica y precisa de manos expertas. Se hizo un concurso y al mismo se presentaron nueve empresas, todas ellas con acredito currículum y con importantes nombres de mediáticos empresarios detrás de ellas. Ninguna era cooperativa, sino que todas son compañías de envergadura, con experiencia acumulada y con centenares de contratos de servicios similares a sus espaldas. Para poder ofertar este servicio, las empresas que aspiraban a hacerse con el contrato realizaron una visita a las instalaciones del Museo el pasado 16 de febrero “con el objetivo de conocer las dependencias y poder validar la documentación entregada”. Pudieron asistir dos representantes por cada compañía.

UN HOLDING DE NIVEL MUNDIAL

Entre las compañías que pretendían hacerse con la suculenta adjudicación, se encuentran Multierveis Andavant, Veolia, Comsa, Moncobra y Nergy, entre otras. Sus ofertas no deferían mucho unas de otras, pero el cómputo general de las puntuaciones en los diferentes parámetros que se evaluaban jugó a favor de la compañía del grupo Acciona, un holding empresarial que tiene más de 500 compañías diseminadas por todo el mundo: está en más de 60 países y supera los 40.000 empleados.

El cometido de la empresa es mantener en perfecto estado de funcionamiento las instalaciones del Museo, velar por los inventarios y la documentación técnica de las instalaciones y los elementos constructivos y garantizar que haya una actuación responsable y eficiente en caso de cualquier problema. No hay que olvidar que los materiales que atesora el Museo son sensibles y que deben tener un plus de vigilancia para evitar el deterioro de obras de arte cuyo valor, por subjetivo, puede llegar a ser incalculable. Por ello, no solo debe encargarse del mantenimiento físico de las instalaciones, sino también de los equipos eléctricos o del mantenimiento de grupos refrigeradores.

LA GRAN PARADOJA

La gran paradoja de este contrato es que ha llegado a manos de un grupo cuyo presidente está en las antípodas de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Si los comunes son los abanderados del republicanismo y una de sus primeras iniciativas fue desalojar el busto de Juan Carlos I de la sala de plenos, así como cambiar el nombre de calles con connotaciones monárquicas, José Manuel Entrecanales es todo lo contrario. En realidad, el empresario madrileño representa todo lo que odia Ada Colau.

Proveniente de una de las familias de rancio abolengo español, su sobrino, Luis Domecq, es campeón del mundo de polo. El propio presidente de Acciona es hándicap 0 de ese deporte (calificación baja), una afición familiar que hace que se escape en cuanto puede a Sotogrande para practicar ese deporte con caballos de su cuadra.

CERCANO A LA CASA REAL

José Manuel Entrecanales es patrono de la Fundación Princesa de Asturias, de la Fundación Princesa de Girona y del Museo del Prado, además de miembro del grupo Bilderberg. En tiempos pasados, presidió el Instituto de Empresa Familiar, un think tank que se sitúa en las antípodas ideológicas de Colau. Es cierto que el holding que preside ha tenido buena cuenta en los últimos lustros en hacer patente su preocupación por el medio ambiente y ha apoyado la lucha contra el cambio climático. De ese modo, el empresario ha recalado en organismos tan significados como el Foro Económico Mundial, el Global Compact de la ONU o el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD) o el Carbon Princing Leadership Coalition del Banco Mundial.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau / EUROPA PRESS

No obstante, Entrecanales presidió también, entre 2002 y 2007, la eléctrica Endesa, uno de los grandes holdings energéticos que Colau no se priva de criticar y contra los que mantiene una cruzada desde el Ayuntamiento de Barcelona. Pero también es patrono fundador de la Fundación Pro CNIC, la principal iniciativa público-privada de investigación cardiovascular de España y actualmente ejerce como embajador de la Marca España. Entrecanales, cuyo holding cotiza en bolsa desde julio de 2021, es el mayor operador energético global con actividad exclusiva en energías renovables.

LA AVENTURA CATALANA

Entrecanales utilizó Acciona para penetrar en Cataluña en 2012 comprando la empresa pública Aigües Ter Llobregat (ATLL), una operación que, al final, resultó fallida. Para asaltar la compañía de aguas, se alió con Ferran Rodés, presidente del grupo Havas y de la empresa editora del periódico Ara, y con Manuel Torreblanca, presidente del holding Barcel Euro, que tres años después buscaron desesperadamente una salida del accionariado de ATLL agobiados por los pleitos y la delicada situación jurídica y política que había provocado la operación.

La complicada privatización se realizaba con el apoyo financiero del banco brasileño BTG Pactual después de que Artur Mas precipitase la venta de la compañía pública por 1.000 millones de euros porque necesitaba cash. Fue tan precipitado y oscuro el procedimiento que la mayor privatización de una empresa pública catalana se resolvió en un plis plas y la adjudicación se materializó el 27 de diciembre para que los 1.000 millones de ingresos computasen en el activo de la Generalitat de ese año como ingresos y cuadrar las cuentas. La Agencia del Agua de Cataluña (ACA), propietaria de ATLL, estaba en quiebra técnica desde hacía tiempo y la operación se acabó revirtiendo después de que el Supremo anulase el concurso. Acciona demandó luego a la Generalitat. Con el tiempo, en 2019, Entrecanales vendió su pleito al fondo estadounidense Fortress por 170 millones más variables (Acciona pedía a la Generalitat una indemnización de 1.000 millones por lucro cesante y compensación de las inversiones) y en 2022, los tribunales sentenciaron que el Gobierno catalán debía devolver 304 millones de euros, cantidad que revirtió en los bolsillos de Fortress.

En la pasada década, Entrecanales montó el grupo Fomento de la Innovación y el Desarrollo Sostenible (Fides), formado por diferentes fondos de capital riesgo en los que incorporó a familias de rancio abolengo en las finanzas, como el matrimonio formado por Liliana Godia y Manuel Torreblanca, Christian Gut, de Prosegur, Juan Antonio Samaranch (GBS Finanzas) o Ferran Rodés. De fuera de Cataluña, participaban en esos fondos Claudio Aguirre (presidente del Grupo Altamar Equity), Jaime Castellanos (presidente de Willis Iberia y de Lazard), Ignacio de la Rica (presidente de Hepacyl Therapeutics) y Jaime Espinosa de los Monteros (presidente de Amper). Con todos ellos, había entrado en compañías como Saluspot, Teambox, The Mad Video, Onyx, Job & Talent, World Sensing o Going Green. El hombre que mueve las grandes fortunas de Cataluña también ejecuta negocios municipales con una Administración que está en manos de un partido político ideológicamente en sus antípodas.