Qué fue de La Baguetina Catalana, las pioneras macropanaderías que inundaron Barcelona en los 2000
Sus locales estaban en las ubicaciones más prime de Barcelona, pese a acumular un reguero de críticas negativas en TripAdvisor o Google Maps
12 febrero, 2024 23:30Se ubicaban en los mejores enclaves de Barcelona, vendían pan y dulces ultracongelados a precio de oro y sus locales casi siempre estaban vacíos. Las franquicias de La Baguetina Catalana, que inundaron Barcelona en los años 2000, hoy son vistas como una suerte de pioneros de lo que son Vivari, 365 o Granier. ¿Pero qué pasó y cómo terminó el boom de aquellos extraños locales?
Las casi treinta franquicias de la cadena se repartían por paseo de Gràcia, la Rambla o en los aledaños de la Sagrada Família o la plaza de Catalunya. En TripAdvisor y Google Maps acumulaban una retahíla de lamentables valoraciones, y sus balances sólo arrojaban pérdidas. Los números rojos le llevaron a concluir su actividad empresarial en 2018, cuando el millón de euros que debía a Hacienda ahogó su actividad y puso punto y final a una polémica trayectoria de más de un cuarto de siglo.
Historia de la empresa
La cadena había sido fundada por los cuatro hermanos Montoya Pérez antes de la celebración de los Juegos Olímpicos con un primer local en la calle Balmes. La idea era muy parecida a la explotada ahora por las cadenas de bakery & coffee: fusionar el concepto de panadería con el de bar en el que tomar un café o un bocadillo.
Los hermanos Montoya no sólo administraban La Baguetina, sino que sus tentáculos abarcaban un confuso e inmenso entramado societario que destapó el Diari Ara en 2017, en el que las franquicias de pan se mezclaban con negocios de pescado, inmuebles, hípica, calzado o logística.
¿Qué fue de los hermanos Montoya?
Seis años después del adiós de La Baguetina, los hermanos José, Juan, Felipe y Florencio no constan como administradores de ninguna sociedad en el Registro Mercantil. De hecho, o han sido revocados de todos los cargos que ostentaron o aparecen como liquidadores de las sociedades que un día comandaron.
Los últimos años antes de su disolución, los Montoya intentaron relanzar la empresa cambiando el nombre de marca y rediseñando sus locales con tonos cálidos y decoración de estilo noruego. De la noche a la mañana, la Baguetina Catalana pasó a llamarse Original's Bakery, The authentic bread. La idea tampoco cuajó, y los negocios volvieron a renacer en 2016 bajo el nombre de Le Gourmet Delicate's Coffe & Tea. Fue el último estertor de la compañía, que quebró y cerró dos años más tarde.
La estela de La Baguetina
La Baguetina Catalana ya ha desaparecido de la ciudad, pero su estela aún es recordada por los barceloneses. Muchos usuarios de internet teorizaban antaño sobre la cuestionada transparencia del negocio, e incluso las teorías más alocadas lo identificaban como "una tapadera de evasión y blanqueo de capitales".
Los vecinos de la ciudad rememoran cómo los bocadillos de colores amarillentos poblaban los escaparates de aquellos negocios, casi siempre vacíos y regentados por paquistaníes. En el recuerdo de varias generaciones queda el contraste entre la lamentable estampa de sus locales y sus exuberantes ubicaciones.