Hay contratos y contratos. Y en Barcelona algunos contratos son un preciado bocado por su cuantía, aunque debe reconocerse el alto grado de complejidad que tienen. El Ayuntamiento barcelonés ha procedido este mes de febrero a solventar el concurso de mantenimiento de las aceras y espacios públicos de la ciudad, una ingente tarea que deben llevar a cabo empresas altamente especializadas y con una voluminosa plantilla de trabajadores. La primera fase de la adjudicación ya está rubricada: el periodo de 2024 a 2026 costará más de 19,2 millones de euros.
Dos empresas se reparten prácticamente el pastel, ya que el grupo Sorigué y la constructora ACSA se han llevado la parte del león: Sorigué obtuvo para su empresa de cabecera los contratos del Eixample y de Sarrià Sant Gervasi por 3.940.416 euros, mientras que su filial Constraula se hizo con los contratos de los distritos de Gràcia, Nou Barris y Sant Andreu por 5.385.515 euros. En total, el grupo se embolsará más de 9,3 millones de euros en este bienio. Constraula, que es una de las compañías que más trabaja con el Ayuntamiento de Barcelona, se incorporó al grupo Sorigué en 2016.
En vigor el 1 de abril
La constructora ACSA se llevó los contratos de los distritos de Sants-Montjuïc, Horta-Guinardó y Sant Martí por una suma de 7.130.745 euros. Sólo quedó fuera de los tentáculos de estas dos multinacionales el distrito de Ciutat Vella (que fue adjudicado por 1.779.858 euros a Construcciones y Servicios Faus, y el de Les Corts, que fue a parar a M. y J. Grúas por 1.000.200 euros). Los contratos entrarán en vigor el próximo 1 de abril y se podrán renovar en abril de 2026 hasta 3 años más (hasta el 2029) por periodos de 12 meses. El valor estimado del contrato a su vencimiento, contando las prórrogas, según el presupuesto de licitación, se sitúa en 51.939.193 euros. La magnitud de la tarea encargada es de tal calibre que una de las cláusulas introducidas por los responsables municipales es que una sola empresa no puede tener más de cuatro contratos o, lo que es lo mismo, no puede tener bajo su responsabilidad más de 4 distritos. Ello se debe a que “se ha de tener en cuenta que, temporalmente, hay coincidencia de trabajos intensivos en un corto periodo de tiempo en toda la ciudad y que pueden hacerse en días festivos. Esta concentración pide la máxima coordinación y hace inviable que una sola empresa pueda atender eficazmente a toda la ciudad”. Además, de esta manera se evita “el riesgo de que cualquier incidencia de un único licitador pueda alterar gravemente o incluso interrumpir la prestación del servicio o no pudiese atender nuevas necesidades o situaciones extraordinarias”. Por ese motivo, el grupo Sorigué hizo también comparecer en la licitación a su filial Constraula, una empresa que funciona independientemente y de manera autónoma de la matriz del holding.
Mobiliario e interior de manzanas
La importancia de este servicio es grande, puesto que estas empresas son las responsables de mantener todos los elementos de la vía pública en perfecto estado. Si un accidente (un socavón en la acera, por ejemplo) provoca un accidente o una caída de un ciudadano, la Administración puede ser denunciada y tener que pagar luego una indemnización (como, de hecho, ha ocurrido). También deben mantener los solares desbrozados, los bancos, papeleras, jardineras, barandillas, pistas deportivas, solares, señalizaciones, o interiores de manzanas en perfecto estado.
La ley establece que el responsable de mantener en buen estado las aceras, la calzada o el mobiliario urbano de la ciudad es el Ayuntamiento. Cierto es que la mayor parte de las reclamaciones que se presentan por responsabilidad patrimonial del consistorio se desestiman (suelen ser aceptadas en torno a un 15%) y que sólo un puñado llega a la vía judicial. Pero en el caso de que haya un socavón, por ejemplo, falte una barandilla o se encuentre un desperfecto en el mobiliario como consecuencia de los cuales un ciudadano tenga un contratiempo, el Ayuntamiento ha de hacerse responsable.
La seguridad, prioritaria
“El buen estado de conservación de las aceras y los elementos que conforman el espacio público de la ciudad es esencial para la seguridad de los ciudadanos y para garantizar la disponibilidad de los espacios públicos. Es también necesaria, muchas veces, la ejecución de pequeñas intervenciones de reforma para adecuar el espacio público a nuevos usos o nuevos requerimientos normativos”, dice el informe técnico justificativo del encargo de estos trabajos.
Por ello, en el contrato se incluyen las cláusulas que obligan a mantener en perfecto estado de funcionamiento y conservación los elementos constructivos de la vía pública, garantizar la seguridad de los ciudadanos, garantizar los mínimos tiempos de respuesta y reparación ante posibles averías o incidencias y mantener actualizada la auditoría de patologías durante las 24 horas los 365 días del año.