El gigante farmacéutico AstraZeneca ha redoblado su apuesta por Barcelona para levantar su gran hub de I+D de referencia en Europa. El presidente de la empresa británica, Rick R. Suarez, ha anunciado este jueves que aumentará la inversión de 500 a 1.300 millones de euros e incorporará a 2.000 trabajadores en el espacio, en lugar de los 1.000 anunciados anteriormente hace un año.
"Un gran equipo"
"El proyecto avanza satisfactoriamente gracias al talento local, el respaldo gubernamental y la colaboración con entidades privadas. El centro experimenta un crecimiento acelerado", ha asegurado el dirigente durante un acto celebrado en el Gran Teatre del Liceu, en presencia de Collboni y el secretario de Estado de Ciencia, según ha avanzado La Vanguardia.
El alcalde de Barcelona ha asegurado que Barcelona y AstraZeneca hacen "un gran equipo" y ha celebrado que ambas partes seguirán impulsando la apuesta y la inversión por la creación de riqueza y de nuevas soluciones de salud.
25.000 metros cuadrados
El hub se ubicará en el edificio Estel, la antigua sede de Telefónica en el Eixample de Barcelona, donde ocupará 25.000 metros cuadrados de superficie.
Desde el espacio, AstraZeneca investigará enfermedades cardiovasculares, renales, metabólicas, respiratorias y vacunas, así como "enfermedades raras". La instalación del gigante farmacéutico consolida a Barcelona como puntera en el área de salud en Europa.
Edificio maldito
El edificio que ocupará el gigante farmacéutico ha sido tildado de "maldito" debido a que varios de los proyectos concebidos para él no han logrado materializarse con éxito.
Lleva vacío desde que en 2011 Telefónica se trasladara al Fórum. Desde entonces, sus 14 plantas y 51.000 metros cuadrados han pasado muchos inquilinos. En 2007, la compañía de telecomunicaciones vendió la sede por 220 millones de euros al fondo de inversión Carlyle, que tenía proyectado un complejo de pisos de lujo. No obstante, cuando estalló la crisis financiera de 2008, el fondo quebró.
Múltiples fracasos
En 2013 fue el turno de la Sareb. Al año siguiente, pasó a manos del grupo Platinum Estate, que adquirió el edificio por 56 millones de euros con el objetivo de construir un hotel. Esta vez fue el gobierno de Ada Colau quien entorpeció la operación con la moratoria hotelera.
El grupo inversor reaccionó con una proyección de pisos de lujo, que tampoco salió adelante. La familia Gidwani también tuvo la fracasada idea de construir pisos de lujo. No obstante, Colau impuso la normativa de que un 30% de las nuevas promociones tenían que estar destinadas a vivienda social.
Nueva vida
Finalmente, en 2021 la gestora alemana FREO, junto con el fondo global de crédito Bain Capital, pagaron 120 millones por la compra del edificio. La intención de la gestora fue poner en alquiler las oficinas, comercializadas por las inmobiliarias CBRE y JLL.
El espacio también dispone de locales comerciales y de restauración, que se ubican en el sótano y la planta baja, con una superficie disponible de 1.500 metros cuadrados. La zona de oficinas está repartida en 47.187 metros cuadrados y la terraza cuenta con casi 3.000 metros cuadrados.