Los hijos del arquitecto Ricardo Bofill concentran sus millonarias inversiones en una sola sociedad
Pablo y Ricardo Bofill han fusionado las entidades Alfa Inversiones y Kappa Sounion para ahorrarse los elevados gastos de gestión
1 abril, 2024 23:30El fallecimiento de Ricardo Bofill dejó un multimillonario legado en manos de sus dos hereus, Ricardo --Ricardito-- y Pablo Bofill. La fortuna quedó concentrada en la compañía Bofill Arquitectura, con dos filiales dedicadas a la inversión, una en manos de cada hijo. Ahora, los dos retoños han decidido fusionar sus sociedades en una sola, con el objetivo de reducir gastos de gestión.
El hólding Bofill Arquitectura concentraba hasta ahora a las sociedades Kappa Sounion y Alfa Inversiones, cada una comandada por uno de los hijos. Tras la operación, Alfa se ha extinguido para siempre, y los 45 millones de euros en recursos líquidos que poseían las dos mercantiles se concentrarán solamente en Kappa.
Pablo Bofill, administrador único
El cambio no afectará a la participación accionarial del gabinete, del que Pablo es socio mayoritario, si bien no se sabe con exactitud cómo ha quedado el reparto de las acciones entre los dos vástagos. Al parecer, el benjamín Pablo es quien posee más participación, y ha asumido plenos poderes ejecutivos en Bofill Arquitectura en calidad de administrador único.
Ricardito y Pablo, los dos vástagos de Bofill
Las diferencias entre los dos hijos de Ricardo Bofill son notables. El primogénito Ricardito (hijo de Serena Vergano) ha sido un habitual de la prensa rosa durante las últimas décadas: el primer hijo del arquitecto se sumergió en el mundo de la noche y las adicciones, y fue pareja de Chábeli Iglesias y Paulina Rubio. En 2005 decidió desaparecer de los focos y se concentró en su carrera profesional como arquitecto y en sus inversiones bursátiles e inmobiliarias.
Por su parte, Pablo Bofill ha huido siempre de los focos. El hermano pequeño, del que apenas han trascendido detalles personales, nació y creció en París, es economista y desde 2009 dirige el taller de su padre. Desde este año, también gestiona una gran parte de su vasto patrimonio.
Copiosos dividendos
La compresión de las dos sociedades no es el único sonado cambio que han llevado a cabo los dos vástagos. El malogrado Bofill nunca había repartido dividendos, pese a las opíparas ganancias que registró año tras año. En 2022, el primer ejercicio sin el patriarca, los dos hijos se han llevado al zurrón 7,8 millones de euros.
Además, en 2022 el administrador único Pablo Bofill devengó un millón de euros en concepto de dirección, gestión y asesoramiento financiero a su propia empresa.
Ingresos al alza
Con todo, la patrimonial de Bofill sigue yendo como un tiro. Los ingresos procedentes de la actividad arquitectónica sumaron 54,8 millones, un 23% más que el año anterior, y el beneficio de explotación se situó en 18,3 millones.
Sin embargo, las posiciones en bolsa anotaron pérdidas de 7,4 millones, lo que dejó el beneficio neto de la firma en 8,5 millones. Bofill Arquitectura contabiliza unos fondos propios de 42 millones, de los cuales sólo 7.000 euros fueron aportados por Bofill cuando en 1991 fundó la sociedad.