Coches Chery en una imagen de archivo

Coches Chery en una imagen de archivo

Economía

La llegada de Chery dejará fuera (por el momento) a 300 trabajadores de la antigua Nissan de Barcelona

Los representantes de los trabajadores buscan el compromiso de la china para garantizar la contratación de 900 trabajadores y condiciones laborales dignas

5 mayo, 2024 23:30

Alegría contenida entre los trabajadores por el desembarco del gigante automovilístico Chery en Barcelona. El que es uno de los fabricantes de automóviles más grande del país asiático, viene a resolver el problema de la recolocación de los trabajadores de la antigua Nissan que se quedaron en la calle cuando la japonesa puso fin a la producción. En principio, la china llega con un pan bajo el brazo en forma de 600 puestos de trabajo. No obstante, todavía quedan 300 empleados por recolocar.

La salida de la japonesa, que en su momento álgido llegó a tener bajo su mando a 5.000 trabajadores, cerró con algo más de 2.500 despidos, 1.400 de ellos pendientes de recolocación. Los años han pasado y, hoy por hoy, quedan pendientes 900 puestos de trabajo por reasignar, explica CCOO a Metrópoli. "La noticia, en términos generales, es muy buena", consideran, pero añaden que todavía queda mucho por atar.

La incorporación de la primera andanada de trabajadores está prevista para octubre. "Estos empleados están ya haciendo formaciones para adaptarse a sus nuevas funciones". ¿Qué pasa con los 300 restantes? Se trata de perfiles que se han quedado, por el momento, fuera, algunos ya con otros trabajos. El acuerdo firmado por Chery y la catalana EV Motors pretende que se incorporen a medida que avance su plan de expansión y se incorporen nuevos trabajadores hasta llegar a los 1.250. Eso, no obstante, no ocurrirá hasta 2029.

Escepticismo

El sindicato pide "que se aclare que, de ahora a octubre, van a tener la carga (de trabajo) suficiente" para mantener 600 empleos. "Buscamos un compromiso de Chery y Ebro (EV Motors) de respetar lo firmado. También hacen falta más reuniones para conocer los volúmenes de producción" y cómo se llevará a cabo el citado plan de expansión, detallan. Por el momento, lo pactado por la mesa de reindustrialización es que los trabajadores se adscribirán al convenio del metal más un 20%, algo para lo que también falta el visto bueno de la asiática.

Pedro Sánchez, Pere Aragonès y Jordi Hereu junto a representantes políticos  y empresariales chinos en la firma del acuerdo de Chery

Pedro Sánchez, Pere Aragonès y Jordi Hereu junto a representantes políticos y empresariales chinos en la firma del acuerdo de Chery EFE/Quique García

Ese escepticismo se alimenta también porque el trabajo en la planta será, mayoritariamente, de ensamblaje. Los nuevos coches eléctricos, de fabricación más simple que los de combustión, vendrán prácticamente hechos desde China y se ensamblarán en la Zona Franca de Barcelona. Sin ser imposible, que ello vaya a ocupar 600 puestos de trabajo en menos de un año y 1.250 en total es un detalle que ha dejado cejas arqueadas.

Garantías

Por otro lado, "sabemos que ya se están contactando con antiguos proveedores que tenía Nissan en su día y quieren empezar a fabricar a finales de año", lo que da cierta seguridad a los futuros trabajadores.

Así, la línea de los representantes de los trabajadores es, en primer lugar, asegurar el empleo, primero de los 600 para octubre y, en última instancia, de los 300 restantes. Todo ello, exigiendo "el cumplimiento de todas las condiciones acordadas en la mesa de reindustrialización". Con ello conseguido, dejan la puerta abierta a futuras mejoras laborales.

Inversión millonaria

Hace ya 14 años que Chery espera su momento para desembarcar en Barcelona y, por tanto, en Europa. La automovilística ya intentó entrar en 2010 en el polígono industrial barcelonés, algo que terminó siendo papel mojado.

Planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona / EUROPA PRESS

Planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona / EUROPA PRESS

Ahora, la llegada parece inminente y cuenta con el apoyo de la Generalitat e incluso el Gobierno de España, con un presidente Pedro Sánchez acudiendo a la firma del acuerdo entre la china y Ebro. La marca española, muerta allá por la década de los 90, ha resucitado para la ocasión gracias a la alianza con EV Motors, con sede en Martorell. Para ello, la china y la catalana han creado una joint venture.

Con este movimiento, la asiática lograría saltarse los aranceles europeos gracias a que la planta está dentro del espacio Schengen. Además, ambos Ejecutivos ya preparan una alfombra roja de 400 millones en forma de inversión conjunta, adornada con Fondos Europeos Next Generation, según avanzaba Crónica Global.