PODCAST: Node, la gestora barcelonesa que invierte 500 millones en 'flex living' como "alternativa al alquiler"

La crisis de la vivienda se agudiza en media Europa: la demanda es mucho mayor que la oferta, el precio del alquiler sube y los jóvenes no pueden independizarse. Los nuevos modelos de familias y las tendencias sociales y demográficas empujan al sector a reinventarse. Una de las soluciones que ofrece el inmobiliario es el flex living, un modelo de vivienda que ofrece flexibilidad, vida en comunidad y experiencias cambiantes. La gestora barcelonesa Node Living, cofundada por Esteve Almirall, es una de las compañías más pujantes de este mercado, y acaba de anunciar una inversión de 500 millones de euros en España.

Según explica Almirall en un pódcast con Metrópoli, la compañía nació en 2016 para ayudar a aquellos jóvenes que se encontraban en un momento de transición, y no querían ni podían hacer frente a la compra de un piso o al alquiler tradicional. El problema había comenzado muchos años atrás, cuando la burbuja inmobiliaria desplomó la obra nueva. A ello se la sumó que el formato de vivienda tradicional ya no se ajusta a las necesidades actuales de la sociedad: el número de personas por unidad familiar ha pasado de tres a 1,8 personas en los últimos 30 años, a la vez que la movilidad de la población y el turismo en las grandes ciudades se han disparado. 

El problema de la vivienda se acentúa

Para "destensar el mercado habitacional", la compañía ofrece una solución diferente al alquiler tradicional: sin compromiso y con estancias medias de poco más de un año, es “ideal” para jóvenes que quieren soluciones rápidas y efectivas. De momento, además de en España, también está presente en Nueva York (donde comenzó), Los Ángeles, Londres y Dublín. 

Hasta ahora, Node se ha especializado en promociones en la primera y segunda corona metropolitana, en ubicaciones a media hora en transporte público de grandes ciudades con zonas de alquiler muy tensionadas, como Bilbao, Madrid o Barcelona. Sus proyectos suelen ser edificios de unos 20.000 metros cuadrados y que pueden alojar entre 500 y 1.000 vecinos. Estas residencias incluyen mobiliario, servicio de limpieza, zonas comunes, coworking y gimnasio, entre otros.

“Hay una necesidad por parte del usuario y una demanda por parte de los inversores: necesitamos soluciones habitacionales que cubran la brecha actual entre oferta y demanda”, sostiene Almirall. Solamente en Madrid, la gestora estima que se necesitan más de un millón de pisos en alquiler para satisfacer la creciente demanda. 

Madrid, capital del 'flex'

El 90% de las inversiones de la gestora se ubican, precisamente, en Madrid. Es allí donde han encontrado un marco legislativo más favorable, ya que “el capital se siente más cómodo”. En Barcelona, en cambio, el mercado está aún menos desarrollado porque la producción de obra nueva es “inviable a nivel económico por el actual marco jurídico”, un extremo que podría haber empeorado por la ley de alquiler temporal que estuvo a punto de sacar adelante la Generalitat, pero que PSC y Junts tumbaron a última hora. Con todo, Almirall reconoce que está a favor de que haya “cierta regulación, y que los actores más cualificados puedan ayudar a las autoridades a entender sobre qué se legisla”. 

Para solucionar el problema de la vivienda, el confundador de la empresa también insta a las administraciones a conceder permisos más rápidos, a permitir que las entidades privadas puedan firmar también proyectos, agilizar los trámites y permitir cambios en las regulaciones urbanísticas, como la recalificación de los suelos.