Un “proyecto de país” para “seguir el ritmo de Europa”. Así ha definido Raúl Alvarín, director del Consorcio para la Reforma de la Granvia, el BioClúster de Innovación y Salud impulsado en L'Hospitalet durante una presentación organizada por el Fòrum Empresarial del Llobregat. “Será uno de los proyectos con mayor capacidad transformadora en el área metropolitana de Barcelona en los próximos 20 años”, ha asegurado.
Los números justifican las palabras del arquitecto que liderará esta transformación. Con el aval que supone la presencia de instituciones sanitarias, de investigación y formación en la zona, como el Hospital de Bellvitge, el Institut Català d'Oncologia, el Institut de Recerca Biomèdica de Bellvitge y la Universitat de Barcelona, el proyecto aportará 4.500 millones de euros (1,77%) al PIB catalán, y facilitará la creación de unos 50.000 puestos de trabajo en todo su ámbito.
Este futuro 'cañón' económico metropolitano, además, impulsará las zonas verdes y garantizará la protección medioambiental de este área. “Can Trabal se configurará como un vestíbulo natural de entrada al Parc Fluvial y al Parc Agrari, se respetará el ecosistema para las aves. El BioClúster también tiene una vertiente medioambiental muy potente”, ha asegurado Alvarín.
El Canary Wharf de L'Hospitalet
La transformación del ámbito Granvia tiene espejos donde mirarse a nivel europeo. Uno de ellos en el Canary Wharf londinense, que se ha consolidado como un distrito financiero que ha apostado por las ciencias de la salud.
Para lograr este modelo de éxito, según Alvarín, el BioClúster de L'Hospitalet debe reunir unas condiciones que lo garanticen, y que cree éstas se encuentran en este área del municipio barcelonés.
“Debe haber una buena conexión con infraestructuras de movilidad, se tiene que desarrollar junto a una universidad y un hospital puntero, debe haber capacidad de acceso al talento y a la investigación, y un fuerte tejido empresarial”, ha detallado.
Transformación de la Gran Via
El proyecto abarcará una superficie de 96 hectáreas y transformará la Gran Via, hasta la llegada al río Llobregat. “Se deprimirá el tronco central de Gran Via para separar el tráfico rápido del tráfico local, y se dará continuidad a la calle de las Ciències, que conectará el Prat con el paseo de la Zona Franca como alternativa de circulación. El proyecto recoserá la ciudad en sentido norte-sur”, ha señalado Alvarín.
Las nuevas coberturas que se realizarán en esta arteria facilitarán la creación de nuevas zonas verdes en la ciudad, que complementarán los espacios de actividad “económica, biomédica, de investigación, docente, comercial, hotelera y de techo para residencias de estudiantes” de los que dispondrá este ámbito.
La previsión pasa por comenzar las licitaciones a finales de 2025 para que, en el primer trimestre de 2026, comiencen las obras con el soterramiento de la Gran Via. Alvarín estima que el sector estará urbanizado “a finales de 2030”, cuando se empezarán a levantar las nuevas edificaciones. “Creemos que el proyecto se consolidará en los próximos 15 años”, ha apuntado.
"Mejorar el corazón de la ciudad"
José Antonio Alcaide, regidor de gobierno de Agenda Urbana 2030/2050, ha afirmado que esta iniciativa busca "mejorar el corazón de la ciudad", y ha apostado por realizar este proyecto "con el máximo consenso posible con la sociedad civil y las empresas".
Santiago Ballesté, presidente de AEBALL, ha recordado que L'Hospitalet y el Baix Llobregat cuentan con un "sólido ecosistema de salud y biomedicina de alta relevancia estratégica", y ha destacado la fuerte presencia empresarial con la que cuenta el territorio.
El presidente de la patronal ha destacado que éste no es solo un proyecto urbanístico, sino una iniciativa "de un entorno propicio para el desarrollo económico y científico, un pool sanitario único en Europa".