Equilibrio. Entre modelos económicos y de ciudad. Equilibrio político y entre actores sociales. 'Equilibrio' es el concepto central para el presidente del Consell Econòmic i Social de Barcelona (CESB), Francesc Castellana, alrededor del que giran todos esos aspectos que generan un impacto en una sociedad y que, bien encauzada, con unos objetivos comunes y bien marcados, puede crecer económicamente y ser, a la vez, más inclusiva.
Castellana (Molins de Rei, 1957) aboga por el diálogo fluido entre todas las partes, lo que incluye administraciones, empresas, trabajadores y sindicatos para hallar un entendimiento. Ello debe desembocar en encontrar esos objetivos comunes que den pie a una colaboración que potencie la región metropolitana de Barcelona, un polo económico y de empleo que, con una "población que crece --y envejece--", tiene también grandes retos por asumir.
Barcelona, su área metropolitana y la región metropolitana viven una realidad "compleja". La falta de vivienda, los retos de la movilidad, mejorar el nivel y calidad de vida de las personas y procurar el crecimiento económico no es fácil. ¿Cómo se logra? Huyendo de lógicas extractivistas entre el sector público y el privado y fomentando una "colaboración público-privada" plena, donde todas las partes aporten. "Hemos avanzado muchísimo, pero siguen habiendo fuertes desigualdades", asegura en esta entrevista con Metrópoli.
La formación, clave para el desarrollo
No puede haber un desarrollo social sin una mejora de la formación. Para Castellana, se ha mejorado mucho, pero "todavía queda por hacer". "La desigualdad se relaciona muy directamente con la capacidad de oportunidades que tiene el ciudadano". Posiblemente, "la formación y la vivienda son los dos temas que más afectan hoy a la desigualdad".
En este aspecto, el director del CESB destaca una notable mejora en la sociedad, pero recuerda que "hay personas que no alcanzan el título de la Educación Secundaria Obligatoria". Por otro lado, "tenemos menos fracaso y abandono escolar y una 'infraocupación' en personas de titulaciones superiores".
¿Como combatir esta situación? Por un lado, Castellana aboga por insistir en políticas que potencien la formación y el acompañamiento, pero también por invertir en una formación especializada, también desde la propia empresa. Y existen. Se encuentran, cree, en el Servei d'Ocupació de Catalunya (SOC), en la misma legislación y en otras entidades.
"Lo que no hay seguramente es la generalización ni la motivación necesaria, ni que esto sea entendido por las empresas y por los trabajadores de forma tan contundente como ya es", reflexiona.
Mejoras en movilidad
En la realidad laboral de las personas también es crucial la movilidad. La mayoría de los trabajadores se desplazan día a día a sus puestos de trabajo. Muchos de ellos, además, invierten gran cantidad de tiempo en estos viajes, lo que influye directamente en su calidad de vida. Para Castellana, el empleo en la región está "muy desordenado". "Tenemos una red de transporte público que es correcta, pero hay que ampliarla e interconectarla, pero las empresas también tienen que gestionar mejor la captación de talento en su entorno territorial", opina.
Los grandes flujos de tráfico y la alta densidad de usuarios a la que se ve sometida el transporte público, a su entender, gozarían de una descongestión con una red de transporte --también de carreteras-- ampliada, pero también con un esfuerzo por parte de las empresas en promocionar sus empleos en ciudades fuera de Barcelona, atrayendo el talento local. Los trabajadores, por su parte, conocerían mejor cuáles son sus posibilidades cerca de casa y podrían evitar "trayectos de hasta una hora, que es tiempo de vida y energía de las personas".
Así, reclama mayores inversiones en las ciudades metropolitanas, para que estas puedan seducir y facilitar que las empresas quieran instalarse en ellas. Todo ello, insiste, con el propósito de esponjar así esa aglomeración económica y poblacional de la capital catalana.
"En este momento hay 10 núcleos territoriales (en la región metropolitana) que tienen empresas que captan un 50% de sus trabajadores de esos entornos territoriales. Eso, sin contar Barcelona, que juega a otro nivel", detalla.
El papel de las administraciones
Y ¿qué papel juegan aquí las administraciones? ¿Debería Barcelona mirar a su alrededor, buscando la ampliación del área metropolitana a las dos comarcas del Vallès? ¿Qué margen le quedaría entonces a la Generalitat?
Para castellana, si bien es el Govern quien, desde el sector público, debe llevar la voz cantante, "por sí sola no puede" encarar todos estos retos. Por ello, la responsabilidad "es compartida".
"Todo lo que sea integrar y todo lo que sea maximizar el rendimiento de lo público con respecto a la inversión es correcto", comenta. En el caso de la vivienda, la competencia es de la Generalitat, pero el urbanismo lo es de los ayuntamientos, por lo que apuesta por "convenios interadministrativos".
Si bien ve con buenos ojos la ampliación del Área Metropolitana, cree que es un objetivo a medio-largo plazo en el que se debe trabajar. No obstante, se trata de una idea que no cuenta por el momento con el consenso necesario.