Desde el pasado viernes por la noche, un grupo de personas sintecho se ha instalado junto a la sede de la síndica de greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà. Han sido multados y desalojados en alguna ocasión por la Guàrdia Urbana en estos tres días, pero allí siguen. Este lunes en la puerta de la Sindicatura, en la ronda de Sant Pau 43-45, había cinco sintecho, que forman parte del grupo que durante dos meses acamparon en la plaza de Catalunya y, cuando la policía les obligó a irse, ocuparon un solar de Fort Pienc. El colectivo pide una solución a la problemática del sinhogarismo en la ciudad, atención social y acceso a una vivienda social. Entre las funciones de la síndica están garantizar los derechos fundamentales en la ciudad y supervisar la actuación municipal
Hasta media mañana, el equipo de la síndica se había reunido con varias de estas personas individualmente y eran seis las quejas interpuestas, pero probablemente irán a más. La falta de atención por parte de los servicios municipales y sanitarios concentran algunas de las reclamaciones. Ante los medios, estas personas también se quejan de un tracto incorrecto por parte de la Guàrdia Urbana. "El viernes nos pusieron cuatro sanciones por acampar en la vía pública", cuenta Sergio. Les obligaron a irse, pero poco después regresaron y se quedaron a pasar allí la noche. Difícilmente, las pagarán. En innumerables ocasiones, la defensora ha pedido no sancionar a las personas sintecho y apostar por la atención social.
El sábado, los agentes acordonaron la sede de la síndica y obligaron a vacíar el espacio público. Poco antes de las dos de la tarde había cinco tiendas junto a la puerta. Los ocupantes de cuatro de ellas levantaron el campamento voluntariamente, pero a los de la quinta tienda, entre los que figuraba el portavoz de estas personas, Miki, los agentes les abrieron diligencias por desobediencia y acampada ilegal, y les decomisaron la tienda. La Ordenanza de civismo prohibe la acampada en la vía pública. Miki asegura que la policía les coaccionó e intimidó. "A mi también me empujaron".
Los acampados recibieron el viernes la visita de la síndica y el sábado, de su adjunto, Marino Villa. A Metrópoli Abierta le consta que al adjunto a la síndica no le gustaron "las malas maneras" de cómo se hizo el desalojo por parte de la Guàrdia Urbana. En cualquier caso, la actuación policial sirvió de poco y este lunes un grupo de cinco personas seguía en la puerta de la Sindicatura. Eso, sí, sin tiendas de campaña. Miki afirma que no tienen intención de irse hasta que el Ayuntamiento les atienda.
En declaraciones a este medio, la síndica dice que no pedirá el desalojo de estas personas y que tiene la intención de ponerse en contacto "enseguida" con el Ayuntamiento para abordar la situación. Recuerda que en diciembre, antes del inicio de estas acampadas, abrió una actuación de oficio sobre la situación de las personas sintecho en la ciudad. Desde hace años, Barcelona acumula unos 3.000 sin hogar --unos 2.000 duermen en albergues y equipamientos públicos y privados y otros 1.000 en la calle--. En 2014, la síndica ya reclamó una actuación urgente y concreta para la atención del colectivo. Ni Xavier Trias, por aquel entonces alcalde, ni ahora Ada Colau le hicieron caso.