Unas estructuras metálicas taparán la visión del emblemático mercado de Sant Antoni. Las instalaciones ocupan el perímetro del mercado y las plazas exteriores, y en ellas se ubicarán los comerciantes del libro dominical y algunos vendedores de ropa de los Encants. La solución encontrada no gusta a muchos vecinos ni a algunos titulares de los negocios. Este viernes, el PDeCAT en el Ayuntamiento ha puesto el grito en el cielo.
La regidora Francina Vila dice que las estructuras no permitirán ver "un edificio importante y patrimonial". Las instalaciones, opina, suponen un impacto negativo para el entorno. El PDeCAT tiene la intención de llevar el tema a la próxima comisión de Urbanismo, que se celebrará la próxima semana. "Preguntaremos al gobierno si ha consultado a los vecinos y comerciantes la propuesta". Los demócratas hubiera preferido unas marquesina más ligera.
POCO ESTÉTICO
La presidenta de los comerciantes de alimentación del mercado, Maria Masclans, no se verá afectada. Su parada estará en el interior del recinto, pero como vecina las marquesinas no le gustan. "Taparán la visión. Es un tema estético", afirma. Pero reconoce que saben de la instalación de estas paradas desde hace un año, cuando tuvo lugar un proceso participativo. "Por tanto, poca cosa podemos decir".
Algunos de los comerciantes de ropa ya llevan unos dos meses ocupando las estructuras en la calle de Manso. A Maria Luisa le parece bien que sea fuerte, aunque critica que la luz es escasa. Montse y Roser son vocales de la junta de esta parte del mercado de Sant Antoni. "Nosotros queríamos paradas fijas, pero el distrito del Eixample se ha negado".
Las comerciantes critican que en este tiempo han tenido goteras, aunque aseguran que el problema ya se ha solucionado. Como su compañera, Maria Luisa, la luz de las paradas les parece pobre y niegan que vieran un dibujo previo de las marquesinas, como afirma Masclans. "Quizá los comerciantes de dentro lo vieron. Nosotros, los que tenemos la parada en la calle, no", subraya Montse.
Las citadas paradas estarán ocupadas los domingos por los comerciantes del libro dominical, y los lunes, miércoles, viernes y sábado por los vendedores de ropa. Los días que no hay comercio, las marquesinas estarán abiertas y los peatones podrán pasar por el interior de ellas.