La imagen no puede ser más elocuente. Decenas de manteros apostados en los alrededores del mercado de los Encants Vells, en una zona acotada por la propia Guàrdia Urbana, vendiendo productos sin ninguna cortapisa, con una autorización expresa del propio Ayuntamiento para hacerlo.

Su presencia en los alrededores del mercado, con la permisividad del Ayuntamiento que preside Ada Colau, ha colmado el vaso de la paciencia de los comerciantes que tienen sus paradas en el interior de los Encants Vells. No entienden como desde el propio consistorio se potencia una actividad ilegal justo al lado de donde ellos tienen sus negocios. Y más si se tiene en cuenta que ellos le han tenido que pagar al mismo Ayuntamiento una adjudicación para poder instalarse en el interior del mercado y unos impuestos por ejercer su actividad. Por eso están dispuestos a luchar para defender sus derechos y su forma de ganarse la vida.

“Esto lo llevamos arrastrando desde hace mucho tiempo”, cuenta un miembro de la junta directiva de la Asociación de Vendedores Encants Barcelona, “pero ahora se les ha ido de las manos. No puede ser que el Ayuntamiento corte calles, ponga vallas e incluso haya vigilancia de la Guàrdia Urbana para que se haga venta ilegal toda la mañana”.

Los comerciantes denuncian que se está “vulnerando la normativa municipal y se hace con el visto bueno del Ayuntamiento. Nosotros representamos a los 300 comerciantes que hay en el interior de los Encants y pedimos que se dé una solución definitiva a este asunto".

Los vendedores lamentan que esta actividad se haga justo al lado de donde ellos tienen instalados sus comercios, ya que eso “hace que se les identifique con nosotros. Por esto ya tuvimos algunos problemas con los vecinos en nuestra anterior ubicación y no queremos que vuelva a pasar. No es normal que el propio Ayuntamiento ponga al lado de nuestros negocios este tipo de venta ilegal”.

EFECTO LLAMADA

Una de las preocupaciones de los comerciantes legalmente establecidos en el mercado es que este tipo de actuaciones “se convierta en un efecto llamada y este tipo de venta ilegal se establezca en los alrededores del mercado, con todo lo que ellos implicaría de perjuicio para los vendedores del interior”.

Los exteriores de los Encants llenos de manteros / Asoc. Vendedores Encants



Precisamente la permisividad de los responsables municipales con este asunto encrespa más los ánimos de los comerciantes, que ven con mucha preocupación los efectos negativos que todo esto puede tener sobre sus negocios. Y creen que tanto el Institut Municipal de Mercats como la propia dirección del mercado debería adoptar medidas más contundentes para defender los intereses de los comerciantes de los Encants y evitar que se produzca un efecto llamada que complicará todavía más la solución del problema.

MEDIDAS LEGALES

Los comerciantes no quieren que el asunto se salga de madre, más de lo que está, y por ello están dispuestos a llegar hasta donde haga falta. Por el momento, sus siguientes pasos van a ser “consultar con expertos para que nos digan qué se puede hacer para acabar con esta situación”, afirman desde la Asociación de Vendedores Encants Barcelona, aunque confían en que el diálogo con los responsables municipales permita poner fin a una situación que consideran muy preocupante para su futuro.

Por otro lado, los comerciantes no cuestionan la actuación de la Guàrdia Urbana ya que entienden que se limitan a cumplir las órdenes que reciben, tal y como los propios agentes reconocen, además de que aseguran que no tienen a su disposición los medios necesarios para atajar el problema.

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