La síndica de greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, dio la razón a la vecina molesta con el ruido que se producía en la playa del Eixample, la zona de baños del interior de manzana de la Torre de les Aigues. Vilà estimó la queja presentada por la residente y en una resolución del 21 de septiembre del año pasado concluyó que el ruido de la instalación "no garantizaba el derecho al descanso de los vecinos afectados por el uso del equipamiento municipal".
La vecina presentó la queja a la síndica el 27 de marzo del año pasado. En ella expone que las personas con pisos que dan al interior de manzana sufren, la temporada de verano, "molestias de ruido todos los días de la semana, desde las ocho de la mañana hasta el atardecer". La reclamante asegura que se había pedido al Ayuntamiento llevar a cabo pruebas sonométricas para medir el ruido y poder implantar soluciones, sin que en el momento que se dirigió a Vilà se hubieran hecho las mediciones.
REDUCIR LAS MOLESTIAS
En su dictamen, al que ha tenido acceso Metrópoli Abierta, la síndica recomendaba llevar a cabo las pruebas sonométricas para conocer los niveles de ruido que soportan los vecinos y planteaba al distrito, que para garantizar el derecho al descanso, estudiara "todas las posibilidades que pueda tener para reducir las molestias". En cualquier caso, y aunque dio la razón a la vecina, la síndica en ningún caso dijo que se cerrara la piscina.
El pasado viernes, el Ayuntamiento anunció que este año la playa del Eixample no abriría. El eco que tuvo la noticia y las críticas de PSC, ERC y grupos de vecinos llevaron al regidor del Eixample, Gerardo Pisarello, a rectificar. A través de twitter, la mano derecha de Ada Colau dijo que la zona de baños sí que funcionará en verano, y para mitigar los efectos del ruido se tomarán medidas menos drásticas: reducir el aforo y el horario, cerrar un día a la semana y restringir el acceso de casales.