El Ayuntamiento de Barcelona tiene que indemnizar con cerca de dos millones de euros a la propiedad de una finca histórica del Eixample. Según publica la Gaseta municipal, el boletín oficial del consistorio [ver aquí], el gobierno de Ada Colau y Jaume Collboni debe hacer frente al pago de 1.977.112 euros por la "pérdida de valor patrimonial" del edificio situado en la esquina de Comte d'Urgell, 30 - Floridablanca, 122. En el bloque se están construyendo pisos de alto standing y el pago municipal responde a la imposibilidad de incrementar la edificabilidad. La casa está protegida.
El inmueble en cuestión tiene su historia. Situado en el barrio de Sant Antoni y conocido como La Carbonería, es el primer edificio de la trama Cerdà del Eixample (según el Ayuntamiento, ver aquí la nota de prensa). Data de 1864 y fue construido por el maestro de obras Antoni Valls i Galí. Toma el nombre de un establecimiento que se dedicaba a la venta de carbón y que cerró en los años 50. La Carbonería es propiedad del fondo de inversión Leasing LWP Spain SL, una filial del banco Crédit Agricole, que adquirió el edificio a principios de 2017.
EDIFICIO CATALOGADO
En 2016, más de 150 años después de la construcción, el Ayuntamiento cambió el Plan especial de protección del patrimonio arquitectónico de la ciudad para incluir esta finca, que es conocida también como Casa Tarragó. El edificio fue catalogado con el nivel C -es decir Bien de Interés Arquitectónico-, que impide derribos, remontas y cambios de volumetría. La propiedad puede intervenir en el interior del inmueble, pero tampoco puede tocar los elementos exteriores protegidos. La reforma debe restaurar las cuatro fachadas y recuperar elementos originales.
Fuentes municipales explican que la aprobación de la modificación del plan especial de protección comporta que la ordenación de la edificación se tiene que adecuar a lo que determina la ficha de protección en lo que hace referencia a los elementos que se tienen que conservar. Concretamente, "en la planta baja, en la parte interior y más allá de las fachadas que se conservan y que dan a los laterales de parcela y al patio de manzana, se podrá ocupar en su totalidad hasta la altura correspondiente a la cota de la coronación de la planta baja existente en la parte delantera de la parcela".
PROHIBIDO INCREMENTAR EL TECHO EDIFICABLE
Según el Ayuntamiento, a la práctica, esto supone la prohibición de incrementar la superficie de techo actual que se podía mantener (1.151 metros cuadrados de techo) y, por tanto, la imposibilidad de agotar la edificabilidad que le correspondería a la finca por su calificación urbanística (1.920,80 metros cuadrados). La diferencia de techo, 769,80 metros cuadrados, es lo que tiene que ser objeto de indemnización por más de 1,9 millones.
UN GRAN MURAL OKUPA QUE HA SIDO BORRADO
Entre los años 2008 y 2014, la finca fue okupada y se convirtió en un símbolo del movimiento squatter barcelonés. Durante los años que funcionó como centro okupado, los residentes de la casa abrieron en La Carbonería una biblioteca y montaron talleres de todo tipo. La finca tenía un gran mural en toda la fachada, que fue borrado el año pasado. El gran mural estaba presidido por un globo aerostático e incluía una bomba Orsini, como la que se utilizó en el atentado del Liceu el 7 de noviembre de 1893. El grafiti fue muy fotografiado y figuraba en guías turísticas alternativas.
El edificio fue desalojado por los Mossos d’Esquadra en febrero de 2014, que necesitaron hacer uso de una grúa para sacar a dos de los activistas que se colgaron en la fachada. La salida de los okupas acabó con una manifestación en la que tuvieron lugar cargas policiales y la quema de contenedores. Desde entonces, y hasta el inicio de las obras, la finca ha estado en desuso y tapiada.
UN POCO DE HISTORIA
La Carbonería pertenece al periodo de consolidación del plan Cerdà, entre los años 1860 y 1865. Durante esa época, en Barcelona convivieron dos tramas urbanas alrededor del núcleo antiguo: la de los caminos de ronda (que tenía que desaparecer), y la cuadrícula de Cerdà. Desde el punto de vista compositivo es un claro ejemplo de la arquitectura de maestro de obra que rehuye de la monumentalidad y se basa en planteamientos en los que imperan la sencillez, la ordenación y la simetría. La construcción, de planta baja y cuatro alturas, dispone de dos fachadas principales y dos de laterales.