La reurbanización de la ronda de Sant Antoni, una vez se haya quitado la polémica losa de la calle, que durante más de dos años ha sido un foco de incivismo y de delitos, mantiene al gobierno de Barcelona dividido. Barcelona en Comú y PSC defienden proyectos distintos. Los primeros abogan por una propuesta urbanística para la arteria lo más pacificada posible, y los socialistas, junto al resto de la oposición y los vecinos y comerciantes afectados (los que forman la Plataforma d'Afectats per la Llosa de Sant Antoni) quieren la reforma que se iba a ejecutar en 2018 y que el gobierno de Ada Colau paralizó cuando ya estaba aprobada y en licitación: una vía con transporte público, más verde, aceras más anchas, un carril bici central de doble sentido y zonas de carga y descarga en el lado del Raval.
Ahora, la disputa entre los partidos políticos se ha trasladado a pie de calle, con entidades vecinales y de comerciantes enfrentadas. Como ya se ha explicado, la Plataforma d'Afectats per la Llosa de Sant Antoni -y una veintena de colectivos, muchos de ellos de comerciantes- quiere la reforma de 2018, la misma que ha ratificado el pleno con el voto a favor de todos los grupos políticos menos Barcelona en Comú. Desde finales de 2019, estas personas han convivido con el mercado de la miseria, una especie de top manta de productos sacados de los escombros, ante le inacción de Colau, y peleas, ruidos, actos de vandalismo y trapicheos de droga que les llevaron a plantarse el verano pasado y a colapsar el teléfono de emergencias 112, hasta lograr que el concejal de Seguridad y Prevención Albert Batlle les pusiera vigilancia de Guardia Urbana en la ronda las 24 horas del día.
VECINOS QUE DISCREPAN
Sin embargo, a la idea que defienden estos vecinos y comerciantes y todos los partidos del consistorio menos el de Colau, le ha salido competencia de la sociedad civil. Una serie de entidades (Fem Sant Antoni, Acció Raval y la AVV de Sant Antoni, entre otras) que hasta ahora se habían desatendido de los problemas de la ronda, apuntan fuentes de la plataforma de afectados, han hecho público un manifiesto en el que defienden una ronda lo más pacificada posible. Recuerdan que hace 15 años que en la ronda no hay tráfico y no quieren volver atrás. La ronda de Sant Antoni une la plaza de Sant Antoni con Comte d'Urgell y parte los distritos del Eixample y Ciutat Vella.
La losa se puso para albergar las carpas provisionales del mercado provisional mientras se reformaba el histórico mercado de barrio. La remodelación se acabó en 2018 tras una década de trabajos, y desde ese año la losa ha estado en desuso y se ha convertido en un foco de problemas. Desde Plataforma d'Afectats per la Llosa de Sant Antoni se ve a las citadas entidades próximas a los comunes. "Parece que se les haya pedido ayuda para demostrar que no hay consenso". Y afirman que no se pueden sumar al manifiesto redactado y recuerdan que la voluntad de los vecinos y del pleno es recuperar la propuesta de 2018.
SACAR LA LOSA EN NOVIEMBRE
De hecho, la plataforma exige que la losa se retire este noviembre y que a continuación se pavimente la calle y se abra al tráfico, "evitando así que que la ronda vuelva a vivir un nuevo episodio de degradación" antes de la reforma definitiva. También piden "claridad y firmeza" para ejecutar la voluntad de los 31 concejales -ERC, PSC, JuntsxCAT, PP, Valents, Ciutadans y la regidora no adscrita Marilén Barceló- para sacar adelante el proyecto de 2018. La propuesta de 2018 la defienden 24 entidades, entre ellas Som Sant Antoni (unión de comerciantes), Sant Antoni Comerç, Associació de Veïns del Raval, Encants de Sant Antoni, Federació KALIPI y RAVAL 7.
Los tres proyectos puestos sobre la mesa por el área de Ecología Urbana y Urbanismo, que dirige Janet Sanz, proponen una vía pacificada. La de 2018, ya citada, plantea un carril por sentido de circulación para buses y taxis, un carril bici bidireccional en el centro, aceras de 8,2 metros por lado y más árboles. Esta opción también propone un carril de carga y descarga y de servicios junto al Raval.
UNA VÍA MÁS PACIFICADA Y CALLE PEATONALIZADA TOTALMENTE
La segunda idea defiende una vía todavía más pacificada, con un único carril de circulación en sentido de bajada, es decir desde la plaza de la Universitat hasta el mercado de Sant Antoni, un carril bici bidireccional en el centro, un carril de servicios y de carga y descarga en el lado del Eixample, aceras más anchas (hasta 11 metros en el lado del Raval) y más verde.
Finalmente, en el documento del Ayuntamiento de Barcelona figura una tercera propuesta que plantea convertir la ronda de Sant Antoni en una calle totalmente peatonal, sin ningún tipo de circulación, con una plataforma única de 30 metros de largo y zonas verdes.