La retirada de la losa de la ronda de Sant Antoni, un foco de incivismo y de delitos, y la reurbanización de la arteria se ha convertido en un nuevo foco de conflicto entre Barcelona en Comú y PSC, en este caso en una guerra abierta. Este jueves, Metrópoli avanzaba que la eliminación de la losa y la renovación de la calle se haría desde el Institut Muncipal de Mercats que controlan los socialistas en el gobierno de Barcelona. La intención del grupo municipal de Jaume Collboni es recuperar el proyecto de reurbanización 2018 sin cambios, pero los comunes lo quieren actualizar.
La publicación de la información por parte de Metrópoli de que sería el PSC quien se encargaría del proyecto no ha gustado nada a los comunes. De hecho, y según ha podido saber este medio de fuentes del gobierno, la teniente de alcaldía de Ecología y Urbanismo Janet Sanz ha vetado la presencia de la regidora socialista Montserrat Ballarín, responsable del área de Mercados, a una reunión con vecinos y comerciantes.
Fuentes de Barcelona en Comú sostienen que no corresponde al Institut Municipal de Mercats urbanizar una calle y que ya existe una empresa municipal, Barcelona de Infraestructures Municipals (BIMSA), que es la que se encarga de hacer la mayoría de estas obras. El pleno del pasado viernes aprobó por unanimidad una proposición de JuntsxCat que instaba a retirar la losa y a reurbanizar la calle. Sin embargo, las ideas de los dos partidos del gobierno para la reurbanización son distintas. Metrópoli ya se hizo eco hace unos días de las divisiones.
PROYECTO ANULADO
Los socialistas, como los vecinos y comerciantes, quieren recuperar el proyecto de 2018, que fue anulado en plena oleada de recortes municipales, "sin cambios a nivel urbanístico ni arquitectónico", manifestaron este jueves fuentes del PSC. Barcelona en Comú, en cambio, sí quiere actualizar el proyecto. Así lo expresó el pasado viernes en el pleno el concejal del Eixample, Pau González. "Sacar la losa es necesario pero no es suficiente. Nosotros lo que queremos hacer es actualizar el proyecto de 2018".
Un día antes, el pasado jueves, Sanz se pronunció en la misma línea que González. Para la responsable de Urbanismo, el proyecto de urbanización se tiene que actualizar porque la situación ahora no es la misma que en 2018. La intención de los comunes era también evaluar todas las rondas que unen Ciutat Vella y Eixample -Sanz se refería a calles como las rondas de Sant Pere, Universitat, Sant Antoni y Sant Pau- y ver qué movilidad y vínculos tenía que haber en un futuro entre ellas. En la actualización del proyecto de la ronda, este aspecto también se tendría en cuenta.
LA PROPUESTA DE 2018, UN EJE CÍVICO Y VERDE
A grandes rasgos, la reforma propuesta en 2018 pretendía convertir la ronda de San Antoni en un eje más cívico y verde, donde los peatones, las bicicletas y el transporte público ganaran protagonismo. El Ayuntamiento planteaba la reurbanización completa de la ronda, entre la calle del Comte d'Urgell y la plaza de la Universitat. "Siempre bajo los criterios de mejorar el espacio público, introducir un carril bicicleta, más verde y poner a los peatones y la movilidad sostenible en el centro de las prioridades", decía en una nota de prensa el consistorio en noviembre de 2018, que situaba el nuevo calendario de los trabajos en 2020.
La actuación prevista decía entonces que las obras se ejecutarían en dos fases: la primera, entre Comte d'Urgell y Floridablanca, y la segunda, desde Floridablanca hasta Universitat. "El primer tramo ya cuenta con un proyecto ejecutivo redactado y compartido con el vecindario y comerciantes de la ronda de Sant Antoni", incluía la nota, si bien el gobierno dejaba la puerta abierta a introducir modificaciones.
PROTESTA VECINAL
El compromiso con vecinos y comerciantes es que una vez eliminada la losa se pueda iniciar casi de forma consecutiva la urbanización de la arteria, es decir en 2023. Organizados a través de la Plataforma d'Afectats per la Llosa de Sant Antoni, vecinos y comerciantes llevaban meses quejándose de la presencia del mercado de la miseria y de un aumento del incivismo y de delitos, en la zona, con peleas y trapicheo de drogas. Hace una semana, el 24 de febrero, dijeron basta y salieron a la calle a manifestarse junto a concejales de la oposición.
Ahora, el problema del mercado de la miseria se ha trasladado a calles del Raval por la presencia permanente de la Guardia Urbana en la ronda. Y la retirada de la losa y la reurbanización de la ronda de Sant Antoni a los despachos municipales.