Un quiosco abandonado en Sant Antoni se ha convertido en un punto de venta de droga por parte de chatarreros del barrio que venden y compran entre ellos. Según explican fuentes vecinales a Metrópoli, no se trata solo de un problema de salud pública, también lo es de civismo. "Lo dejan todo perdido con excrementos, orina y basura", lamenta uno de los afectados.

Pep Sala, presidente de la Asociación de Vecinos de Sant Antoni, explica que este conflicto viene de lejos, pero que en los últimos meses se ha intensificado. "No hay que deshumanizarlos, son personas, no cosas. Es muy difícil de resolver este caso, ya que hay menores de edad y gente sin hogar", dice en declaraciones a este digital.

"Amenazan a los vecinos"

Sala remarca que el problema no radica en que estén en la calle, sino en los problemas de civismo que provocan: "Amenazan a los vecinos y okupan el espacio público, dejando a los niños sin espacio para jugar. Queremos vivir en paz y con convivencia entre todos", añade. Preguntado por la posibilidad de que con la eliminación del quiosco se acabe este dilema, considera que éste se trasladará a otras calles del barrio, como ya ha pasado en la ronda de Sant Antoni y al final de la superilla.

Sube un 17% la delincuencia en Sant Antoni

El Partido Popular, en el pleno del distrito, ha propuesto retirar el quiosco como una de las medidas para hacer bajar la delincuencia en este barrio del Eixample, que ha aumentado un 17% en el último semestre de 2023. Trias per Barcelona también ha mostrado su preocupación por este conflicto y los vecinos reclaman más seguridad y más policía.

Los chatarreros en los Jardinets d'Alguer CEDIDA

Lidia Núñez, presidenta de la unión de comerciantes Som Sant Antoni, ha hecho una recogida de firmas para quitar el quiosco. Considera que esta medida ayudaría a paliar las consecuencias negativas que provocan los chatarreros en la avenida de Mistral. "Hay un efecto llamada: la presencia de chatarreros se ha intensificado en los últimos meses, con todo lo que eso conlleva", lamenta. 

Droga escondida en un quiosco abandonado

Las fuentes vecinales consultadas aseguran que este grupo de personas esconde las drogas en el quiosco. "Hay mucho menudeo. No os podéis llegar ni a imaginar la cantidad de drogas que hay entre las paredes del quiosco", dice Alejandro, un tendero de la zona que ve constantemente como los camellos ocultan las sustancias estupefacientes para posteriormente ser consumidas.

Los chatarreros se cortan el pelo en medio de la calle CEDIDA

Los vecinos aseguran haber recibido amenazas por su parte. Es el caso de Carlos --con un nombre anónimo-- que es conserje en un edificio de los Jardinets d'Alguer y se ha enfrentado varias veces a ellos para recriminarles su actitud incívica. "Una vez se metieron dentro del portal durante una mudanza para quedarse con todos los muebles. Otra vez me intentaron intimidar con una barra de metal", asegura. 

Los vecinos se coordinan contra el incivismo

Los residentes y comerciantes de la avenida de Mistral han visto situaciones de lo más surrealistas y explican que, a veces, montan sesiones de peluquería en el banco y, de vez en cuando, se ponen a cocinar fideos". De hecho, tienen un grupo de WhatsApp desde donde se coordinan para llamar a la Guardia Urbana en caso de que los chatarreros molesten al vecindario. "Cuando viene la policía, los echan, pero en cuestión de pocos minutos vuelven y así sucesivamente", dice Alejandro, propietario de una tienda de las inmediaciones. 

Chatarra delante del quiosco abandonado CEDIDA

"Los tenderos no podemos dar la cara porque nos jugamos que los chatarreros nos destrocen el negocio", añade Alejandro. Este comerciante lamenta que los niños no pueden jugar en el parque porque está lleno de chatarra y suciedad. "Los problemas no son solo de día. Durante la noche chillan, se emborrachan y molestan. No hay derecho a que tengamos que aguantar esto. Llevamos así años, pero en los últimos meses la situación se ha vuelto completamente insostenible", reitera.

Los chatarreros, por su parte, niega el problema y se oponen a responder a las preguntas de Metrópoli. Este digital se ha puesto en contacto con el distrito del Eixample del Ayuntamiento de Barcelona para conocer qué medidas están tomando para erradicar el problema, pero a fecha de publicación no ha obtenido respuesta. 

Noticias relacionadas