El jardín secreto del Eixample que fue el primer interior de manzana de Barcelona
La torre que habita en su interior se construyó con el objetivo de garantizar el abastecimiento de agua potable a todos los vecinos de la zona
5 mayo, 2024 12:07Noticias relacionadas
La Dreta del Eixample esconde un jardín, secreto para algunos, que fue el primer patio interior de manzana de Barcelona en 1987. Es un espacio verde público perfecto para desconectar del bullicio de la ciudad. En verano, el Ayuntamiento habilita en el jardín una piscina pública para que los barceloneses se refresquen en ella.
Hace un año, el consistorio barcelonés reabrió el patio tras las obras de mejora de los pasajes de acceso, dañados por el paso del tiempo. El espacio se encuentra en el número 56 de la calle de Roger de Llúria.
Historia de los jardines
En 1862, Josep Cerdà pidió licencia para edificar una de las primeras casas en el Eixample, sin embargo, y a pesar de ser una zona notable por sus recursos acuíferos, el Ayuntamiento no tenía resuelto el abastecimiento de agua potable a todas las viviendas, lo que obligó a que los propietarios se organizaran para encontrar soluciones.
El 14 de octubre de 1862, Jaume Safont i Lluch, intendente honorario de provincia, concedió un terreno a la Societat de Crèdit i Foment de l'Eixample de Barcelona, quienes encargaron al arquitecto Josep Oriol Mestres la construcción de una torre lo suficientemente grande como para garantizar el abastecimiento de agua potable en la zona.
El proyecto original contemplaba la construcción de una torre de planta hexagonal de 24 metros de altura con capacidad para almacenar 730 m³ de agua, pero el arquitecto municipal no aprobó el proyecto alegando que sobrepasaba los 20 metros de altura máximos permitidos en el ensanche.
Primer interior de manzana
El 15 de junio de 1870, el terreno que ocupaba la torre fue adquirido por la Asociación de Propietarios de Agua del Eixample. Ese mismo año, la fortificación fue elevada un piso más para poder aumentar la presión del agua. En 1987, el Ayuntamiento de Barcelona inició el embargo de los terrenos y un año más tarde, fueron expropiados y reconvertidos en el primer interior de isla recuperado como espacio público del Eixample.