Turistas, 1, barceloneses, 0. Esta es la conclusión a la que llegan los vecinos del Eixample tras denunciar, en repetidas ocasiones, las molestias que el turismo masivo genera en las zonas más tensionadas de la ciudad. La pasividad del Ayuntamiento de Barcelona ante esta situación pone de manifiesto, según los afectados, el posicionamiento del gobierno municipal, que “prioriza la comodidad de los turistas al bienestar vecinal”. Un sentimiento generalizado en el distrito que coge fuerza a partir de esta época del año, durante los meses más turísticos –de abril a octubre–.
Los vecinos de la calle Diputació, entre Marina y Lepant, auguran otro verano “infernal” en el barrio. La parada de autobús situada delante de la antigua plaza de toros La Monumental se ha convertido en su peor pesadilla. La llegada masiva de autocares turísticos privados en la zona genera una actividad frenética que pone en jaque la tranquilidad de los residentes. “Pese a que el Ayuntamiento de Barcelona nos aseguró que se tomarían medidas al respecto, no se ha producido ningún cambio”, lamentan fuentes vecinales a Metrópoli.
Las situaciones que denuncian son varias: el ruido constante de tráfico de autocares, los pitidos cada vez que dan marcha atrás, gritos de turistas, abuso del espacio público, bocinas de coches debido a la inseguridad vial que generan en la calle... Episodios con los que conviven diariamente. La parada de autobús, de uso privado, funciona de lunes a domingo de 08:00 a 20:00 horas. Durante esta franja horaria, los autocares transitan sin descanso, incluso fuera del horario establecido. Según una estimación vecinal, cada día estacionan unos 100 buses en la parada de La Monumental. “Es una barbaridad...”, lamentan.
Abuso del espacio público
La multitudinaria presencia de autobuses genera problemas de movilidad en las mediaciones de La Monumental. La parada está pensada para dar cabida a cuatro vehículos, aunque eso implique que ocupen de forma abusiva el espacio público, como ocurre con el paso de cebra de la calle Lepant con Diputació. Los vecinos señalan que las personas mayores o con movilidad reducida no ven el semáforo a la hora de cruzar. A esto se le suma el riesgo de atropello cada vez que un autobús hecha marcha atrás.
Ser turista puede ser, a veces, una actividad de riesgo. En ocasiones, cuando la parada de La Monumental está completa, los autocares estacionan en segunda fila en medio de la calzada para descargar a los visitantes que se dirigen a la Sagrada Família, colapsando el tráfico. Es entonces cuando los vecinos sufren más el sonido de los cláxones de los coches. Por no hablar del peligro que supone. “Dejan a los grupos de visitantes en medio de la carretera”, denuncian fuentes vecinales a este digital.
Una práctica que, además, no está permitida. Tal como apunta el Ayuntamiento de Barcelona a este medio, las tres paradas habilitadas en la calle Diputació son tan solo de parada, no de carga y descarga de turistas. “Funcionan con una lógica diferente. Precisamente por eso, las paradas se han colocado con el acceso en la carretera. De este modo, los turistas no pueden ni subir ni bajar”, destacan. Una estrategia que los mismos conductores no respetan, poniendo en jaque la tranquilidad de los vecinos y en peligro la vida de los visitantes.
Traslado de paradas
La Sagrada Família es el principal atractivo turístico de la ciudad. Recibe casi cuatro millones de visitantes cada año. La parada de La Monumental es una de las muchas de la ciudad que acoge a los autobuses repletos de turistas que se dirigen a la basílica de Antoni Gaudí. “Somos conscientes de que Barcelona vive del turismo, pero como vecinos que lo sufrimos en primera persona pedimos al Ayuntamiento que se regulen las paradas de autobuses en el centro para que las afectaciones sean las mínimas posibles”, apuntan los afectados.
Una de las apuestas del nuevo gobierno de Jaume Collboni era una mayor presión fiscal: incrementar la tasa turística a los cruceristas con una estancia menor a las 12 horas hasta los cuatro euros. Sin embargo, el proyecto no prosperó al no aprobarse las ordenanzas fiscales por falta de apoyos de los partidos de la oposición. En febrero de este año, el gobierno de Collboni reubicó siete paradas turísticas de las calles Padilla y Consell de Cent a Marina (La Monumental), donde el consistorio defiende que hay “aceras más anchas que pueden asumir el flujo de turistas sin molestar”.
Párquing subterráneo
Los vecinos, en cambio, no creen que sea la solución. “Lo único que consiguen cambiando de ubicación las paradas es desplazar el problema de una calle a otra”, lamentan. Por eso, varias asociaciones vecinales proponen al Ayuntamiento de Barcelona construir un párquing subterráneo para los autobuses turísticos y eliminar, así, las paradas de la calle. “Con el dinero que el gobierno recauda de la Sagrada Família tiene suficiente para llevarlo a cabo”, señalan las mismas fuentes.
Según muestra la memoria anual publicada por el propio templo, el Ayuntamiento de Barcelona recauda anualmente 2,5 millones de euros de los ingresos que genera la basílica a través de los visitantes. Otra opción que contemplan los vecinos es que lo asuma la misma Sagrada Família como medida compensatoria por daños y prejuicios. De hecho, a algunos vecinos no les ha quedado otra opción que irse del barrio.