La segregación escolar en Barcelona es más que una bochornosa realidad que sobrevuela la ciudad. Sus consecuencias ponen en riesgo el futuro de los niños y jóvenes que están en la cruz de esta moneda. Si bien la existencia de esta desigualdad lleva años advirtiéndose desde diferentes sectores, entre ellos los principales sindicatos, un estudio encargado por el consistorio pone ahora nombres y cifras a una de las grandes lacras que arrastra la escuela en la capital catalana.

Entre las principales conclusiones de este análisis se extrae que la concentración de alumnos con más dificultades se produce en los centros públicos y en los barrios más empobrecidos. Concretamente, mientras en Ciutat Vella un 81,8% de los colegios públicos de primaria y la totalidad de los de secundaria son considerados centros de máxima complejidad, L'Eixample, Les Corts, Sarrià-Sant Gervasi y Gràcia no tienen ni un solo centro con estas características.

Consecuentemente, el alumnado socialmente desfavorecido no se distribuye de manera equilibrada en el conjunto de la red escolar, sino que se concentra en una serie de escuelas e institutos. Este fenómeno se traduce en una baja calidad del sistema educativo, ya que, como puede deducirse, los resultados de niños y adolescentes con menos recursos son peores en aquellos centros con una concentración más elevada y mejores en los centros socialmente heterogéneos.

En este sentido, el secretario general de la Federación de Educación de CCOO, Manel Pulido, valora positivamente que el Ayuntamiento haya encargado este estudio, pero recuerda que “solo sirve para situar una realidad que ya se conoce y que no es nueva”. Lo que necesita la red escolar de Barcelona, insiste el representante del sindicato, es “que se destinen más recursos para revertir la situación”. De lo contrario, es imposible "garantizar las mismas oportunidades educativas" para todos los niños y adolescentes de la ciudad. De hecho, Pulido remarca el esfuerzo de las escuelas por “enseñar y practicar la igualdad” y a apunta a que el problema “viene de fuera” de los centros.



Porcentaje de centros públicos de primaria y secundaria de alta complejidad por distritos

 

DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN EXTRANJERA

El otro indicador que confirma la imperante segregación de la red escolar de Barcelona es la distribución de la población extranjera. Según el estudio, los alumnos que no tienen nacionalidad española están sobrerepresentados en los centros públicos en todas las etapas educativas y, especialmente, en secundaria.

Esto quiere decir que en la capital catlana pueden contabilizarse una serie de centros que concentran un porcentaje de estudiantes extranjeros muy superior al que les pertocaría según la población residente en sus barrios.

De hecho, el Síndic de Greuges ya había ido un paso más allá y había alertado de la creciente segregación dentro de la propia red pública. En un análisis realizado en 2016, la entidad ya advirtió de esta concentración territorial de las dificultades e indentificó Barcelona como uno de los municipios catalanes con mayor segregación escolar. Concretamente, el Síndic apuntó a los distritos de Horta-Guinardó y Sants-Montjuïc como dos de las áreas con una distribución más desigual de todo el territorio.

Además, otro factor de distribución desigual que indica una clara segregación escolar deriva de la repartición de aquellos alumnos beneficiaros de becas comedor. Si la media del alumnado que recibe esta ayuda en Barcelona se sitúa en un 12,7%, en Nou Barris y Ciutat Vella el porcentaje supera el 26. Y en la otra cara, Sarrià-Sant Gervasi no llega al 3%.

 

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