No me mires, no me mires (no me no me), no me mires no me mires déjalo ya; que hoy no me he puesto maquillaje (jey jey); pero con o sin maquillaje mi aspecto externo es demasiado vulgar, para que te pueda gustaaar...

¿Y cuál puede ser la vía más vulgar de Barcelona? Pues posiblemente la 'Meri'diana. Gris, fea y ruidosa donde las haya. Las entidades temen al maquillaje que le preparan desde el Ayuntamiento la deje a medio conjuro de hada madrina. Cuál Cenicienta, la avenida espera un lavado de cara. Quitarle de encima los kilos y kilos de polución que se le acumulan y hacerla más amable para bien de los pulmones de sus vecinos.

Unos meses atrás, el consistorio tanteó a las asociaciones con cuatro posibles reformas. Coserle un verde carril bici central, eliminarle algún que otro carril para coches, plantarle unos cuantos árboles para embellecerla... Pero cuál novia que se acerca al día de su boda, los nervios sobre los detalles se aceleran. Y en este caso, no son moco de pavo. Pequeños desajustes podrían malbaratar una obra que costará unas cuantas decenas de millones.

UNA REFORMA INSUFICIENTE

Las entidades aseguran que, según lo que les han filtrado, el consistorio no cumplirá con lo que se esperaban de él. No será infiel a la reforma prometida... pero no prepara lo que les gustaría. “El Ayuntamiento esta redactando un proyecto ejecutivo de obras que, por lo que nos han dicho (no lo hemos visto), incluye solo la reducción de un carril de entrada de coches a la ciudad de Barcelona entre la calle Aragón y Fabra i Puig”, desvela el vocal de l'AVV de Sant Andreu de Palomar, Pau Maduell. Luego, una segunda fase posterior debería eliminar un carril de salida en este mismo tramo.

Y si ya esta idea les parece floja a las entidades, además huelen el posible juego del trilero. “El proyecto tiene trampa, ya que incluye la aplicación del mismo proyecto por fases; de hecho puede resultar que la primera fase sea simplemente la reducción de un carril de entrada entre Aragón y Mallorca”, apunta Maduell. Algo que popularmente se conoce como quedarse a medias. Dos esquinas del Exiample; 200 metros de reforma. Con una obra inicial de esta magnitud, ni Paulo Coelho sería lo suficientemente optimista para imaginar que algún día la reducción de carriles llegará al puente de Sarajevo.

ESTUDIOS, ANÁLISIS, PLANES DE MOVILIDAD...

En conversaciones de pasillo, los responsables de Urbanismo del Ayuntamiento aseguran que por ahora solo se está redactando el proyecto y que todavía no está definida la reforma que se va a llevar a cabo. Pero para el vocal de la AVV de la Sagrera, Oleguer Méndez, esta circunstancia no deja de ser fuente de mayor preocupación: “Si a estas alturas nos dicen que “estudian”, no podemos dejar de sospechar que alguien haya dicho 'no me toques nada, no vaya a ser que me vaya a cabrear'”.

Redactar, escribir, estudiar... son verbos que describen la actual coyuntura del proyecto, pero, al fin y al cabo, "por ahora no tenemos nada”, sintetiza Méndez. “Estamos a expensas del informe de movilidad; el cual redactan unos señores que son totalmente contrarios a que les compliques la vida”, considera. “Ellos solo se preocupan por la movilidad de los coches”.

“PRIORIDAD MÁXIMA”

Maduell por lo menos confía en que empiecen las obras en este mandato: “Es su prioridad máxima”. Pero si la promesa electoral del ejecutivo de los 'comuns' termina eliminando solo un carril entre Aragón y Mallorca, la decepción de las entidades promete ser mayúscula. “Que esta sea toda su intervención para reducir tránsito, contaminación, número de coches en la ciudad, vendrá a ser una cosa ridícula”, anticipa el vocal de la asociación de Sant Andreu.

Por ahora, el resto de grupos municipales han firmado un compromiso para llevar a cabo una reforma real de la avenida más vulgar de Barcelona. Un apoyo político que desde las entidades vecinales ya saben cómo funciona: “A la que puedan le meterán la puñalada trapera a Colau”, opina Maduell. El próximo sábado 17 la Plataforma SomMeridiana reunirá a todos los partidos en un debate en el que se podrá entrever por dónde irán (o se disparán unos a otros) los tiros de aquí a unos meses. 

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