Alrededor de un millón de personas se ha congregado en Barcelona para apoyar la celebración del referéndum de independencia del 1 de octubre. Las cifras, ofrecidas por la Guàrdia Urbana, superan con creces a las 800.000 personas que, según las policías locales, asistieron a las marchas convocadas en cinco ciudades catalanas en un intento de llevar las manifestaciones a todo el territorio.
Como es habitual en todas las manifestaciones, la publicación de la cifra de asistentes varía según la fuente. La Delegación del Gobierno en Catalunya calcula que han asistido 350.000 personas, mientras que Societat Civil Catalana (SCC), entidad abiertamente contraria al procés, ha rebajado la asistencia a 250.000 personas.
La marcha, convocada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC), giraba en torno a la formación de un gran símbolo + (metáfora del Sí y de la democracia y la libertad, según los organizadores) entre el Passeig de Gràcia, desde los Jardinets de Gràcia hasta plaza Catalunya, y la calle Aragó entre Casanova y Passeig de Sant Joan, aunque la gran asistencia ha desbordado a los manifestantes hacia las calles colindantes.
AUSENCIA DE COLAU
Una de las personalidades ausentes en la manifestación ha asido la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que ha preferido delegar en su mano derecha, Gerardo Pisarello, la representación de BComú en la protesta. Colau ha sido objeto de críticas de todos los partidos por su indefinición sobre el papel que el Ayuntamiento de Barcelona jugará en el referéndum del 1-O, aunque se ha mostrado dispuesta a “facilitar la participación” siempre y cuando no se ponga en riesgo ni a la institución ni a los funcionarios.
Pisarello ha explicado durante la manifestación que el Gobierno municipal está en contacto permanente con la Generalitat y ha insistido en que hay que “respetar” y “preservar” la institución mientras se hace “todo lo posible” para que los ciudadanos puedan participar en el referéndum. El Gobierno municipal sigue “buscando fórmulas” para que haya la “máxima disponibilidad” de locales para el 1-O.
MINUTO DE SILENCIO ESTREMECEDOR
Uno de los momentos más impactantes de la concentración ha sido el minuto de silencio que los manifestantes han guardado en recuerdo de las víctimas de los atentados del pasado 17 de agosto. Las calles, repletas de gente, mantenían un silencio sepulcral con el único ruido de fondo de los helicópteros de los Mossos d'Esquadra y la televisión. Una vez finalizado, los asistentes han realizado una sonora ovación para homenajear a las víctimas del atentado.
MANIFESTACIÓN PACÍFICA
La manifestación se ha desarrollado en un tono festivo y pacífico ajeno a las tensiones políticas que ha creado la convocatoria del referéndum del 1-O, que fue suspendida cautelarmente poco después por el Tribunal Constitucional. Justo antes de que comenzara el despliegue de las pancartas, el Orfeó Català ha interpretado el himno de Els Segadors y Els Amics de les Arts han cantado Louisiana o els camps de cotó entre vítores de los asistentes.
A las 17:14 horas los cuatro extremos de la movilización han desplegado sendas pancartas (una con una gran urna, otra con la paloma de la paz y dos con la palabra Sí en varios idiomas) que, avanzando por encima de los manifestantes, han confluido en el cruce de Passeig de Gràcia y Aragó. Los asistentes iban mayoritariamente vestidos con camisetas fluorescentes en honor a los chalecos que los voluntarios suelen llevar en estas concentraciones.
Al paso de las lonas, de 16 metros de ancho por 16 de largo, los manifestantes gritaban “¡Independencia!” y “¡Votaremos!” mientras ondeaban centenares de esteladas. Aunque en teoría la gente debía cambiarse la camiseta a medida que las pancartas les pasaban por encima, el intenso calor de media tarde ha hecho que muchos prefirieran ahorrarse el trámite y ya las llevaban puestas de casa.