Curso nuevo, espera eterna. Congrés-Indians se siente marginado por el Ayuntamiento de Barcelona y, sobre todo, maltratado por la regidora de Sant Andreu, Carmen Andrés (PSC). El barrio denuncia la falta de instalaciones deportivas y lamenta la pasividad del gobierno de Ada Colau con el Canódromo de la Meridiana. En este antiguo recinto deportivo deben construirse una guardería (en breve comenzarán las obras) y un pabellón para atender las demandas de vecinos y escuelas. La más emblemática, la Escola Arrels, recuerda que hace un año les prometieron la construcción de una pista polideportiva nueva, con medidas reglamentarias, en el Tenis Meridiana. En septiembre de 2017, todavía esperan noticias de “doña Carmen”.
“Hace ya 30 años que reivindicamos la construcción de nuevas instalaciones deportivas. Desde el Ayuntamiento siempre respondían que no había espacios, pero nadie hace nada en los terrenos del Canódromo”, sostiene Toni Castro, presidente de la AEFS Arrels. “Los niños no tienen espacios para practicar deporte”, denuncia Miquel, padre de un niño que juega en la escuela del Congrés. “Hay un fondo europeo asignado para el Canódromo (de titularidad municipal desde 2010) que nadie desbloquea”, añade Sergi, exdelegado del equipo infantil.
EL COMPROMISO DE HACE UN AÑO
En agosto de 2016, las asociaciones de vecinos de Congrés-Indians se reunieron con la gerente del distrito de Sant Andreu, Carmen Turégano; con el conseller Felipe López Aranguren y con el consejero técnico del distrito, Iván Maza. En la reunión hubo buenas palabras y el compromiso de encontrar una solución provisional en el Tenis Meridiana. Trece meses después, todo sigue igual.
“Vamos a recuperar una pista. Hay voluntad política”, esgrimió Carmen Andrés en declaraciones a Betevé. “No se ha hecho nada, es una vergüenza. El Canódromo es un cagódromo, un pipi-can”, replican en la Asociación de Vecinos de Congrés-Indians, molestos con el talante de la regidora de Sant Andreu.
LAS SILLAS DEL AYUNTAMIENTO
El Arrels tiene 25 equipos de fútbol sala entre escolares y federados. Los más pequeños juegan en el patio del colegio, cuyas dimensiones no son reglamentarias. Los mayores tienen que trasladarse al pabellón de Bon Pastor. El resto, la mayoría, compite en una pista decadente del Tenis Meridiana, “sucia, con ratas y sin ducha en los barracones que tienen los niños para cambiarse”.
En el Ayuntamiento de Sant Andreu alegan que no tienen dinero. Recientemente, Metrópoli Abierta desveló que el Ayuntamiento del distrito gastó 28.000 euros en la compra de 58 sillas. Muchas de ellas, valoradas en 758,85 euros.
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