Ada Colau mantiene el encendido de las luces de Navidad para el 23 de noviembre. De momento, la alcaldesa hace caso omiso a la demanda del diputado de ERC, Joan Tardà, quien, a través de twitter, ha pedido que no se instalen las luces en ningún pueblo o ciudad hasta que los ocho exconsellers encarcelados y los presidentes de la ANC y Òmnium, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, sean liberados.
"Hasta que no estén en casa, gobiernos municipales, por favor, no instaléis ninguna luz de Navidad", escribió Tardà. Sin embargo, en Barcelona siguen con los planes previstos. "De momento, no hay ningún cambio", afirman fuentes municipales. De hecho, ya hace días que en Barcelona se han empezado a instalar las luces en las principales calles.
HOMENAJE A LOS ATENTADOS
La ciudad, además, prepara para este año un encendido especial, un homenaje a las víctimas del atentado del 18 de agosto en la Rambla y un reconociemiento a las vecinos y comerciantes que se volcarón en ayudar a los afectados por la masacre. Las luces se encenderán a las 19.00 horas en la Rambla de Santa Mònica, el lugar de la tragedia.
Colau no mantiene una buena relación con el grupo municipal de ERC, en gran parte por el ambiguo papel que la alcaldesa mantiene en el proceso independentista. La situación, incluso, ha empeorado ante la negativa a romper, por ahora, su pacto de gobierno con el PSC --por el aval del PSOE a la aplicación del artículo 155-- como le pidieron ERC, PDeCAT y CUP.
Alfred Bosch, líder de los republicanos en el Ayuntamiento, apoyó, hace meses, a Colau en la aprobación del Plan especial urbanístico de alojamientos turísticos (PEUAT). Pero últimamente ERC no da ni agua a Barcelona en Comú, como se ha visto en las ordenanzas fiscales, que Colau tuvo que retirar del pleno por falta de apoyo.
Con el presupuesto del 2018, probablemente, pasará lo mismo. Y lo mismo puede acontecer con otros temas. Uno de los grandes proyectos de Colau para el mandato, la unión del tranvía por la Diagonal, puede pender de un hilo.