Son las nueve en punto de la mañana en Barcelona y en el instituto Moisès Broggi, las puertas abren puntualmente. El centro, reconvertido este jueves en sede electoral, se encuentra en la confluencia de las calles de Sant Quintí y de la Indústria. Las colas son largas. No tanto como en el Referéndum del 1-O en este mismo punto, pero en estas elecciones, la ciudadanía debería poder votar con tranquilidad hasta las ocho de la tarde.
Poco antes de que abra el colegio electoral, un centenar de personas espera para ejercer su derecho a voto en esta primera mañana de invierno. Joana explica que quiere votar antes de ir a trabajar. "Es una jornada laboral cualquiera para muchos empleados. Después, difícilmente podré salir. Prefiero hacerlo ahora que llegar tarde por la noche", ha explicado a Metrópoli Abierta.
El mismo pensamiento parecen haber tenido centenares de barceloneses. La escena se repite en los colegios electorales próximos, en los barrios del Clot, Guinardó, Camp de l'Arpa o la Sagrada Família. Algunas de las sedes con más colas son la escuela Fructuós Gelabert, incluso pasadas las nueve de la mañana y con las sedes abiertas, el casal de entidades del Mas Guinardó, les Escolàpies de la calle de Rogent y los dos puntos de votación de La Sedeta.
LA ALCALDESA, EN LA SEDETA
Precisamente, en el centro cívico de la Sedeta, ha votado cerca de las diez de la mañana la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Allí, la cola se concentraba en el piso superior, donde se accede por unas largas escaleras. A Colau la acompañaban decenas de cámaras. Algunas cadenas emitían en directo el voto de la alcaldesa más mediática de España, lo que ha provocado las protestas de algunos ciudadanos y de algunos periodistas. "Sóis unos pesados", ha soltado un joven al equipo de Antena 3.
A la salida, Colau ha hecho un llamamiento a la participación masiva y ha asegurado que no harán 'President' de la Generalitat ni a Puigdemont ni a Arrimadas. Según Colau, en Catalunya hay "mayorías progresistas" para recuperar el país.
Este jueves por la mañana, en el instituto Moisès Broggi, se podía tardar en votar una media hora. Dependía de las mesas. En los colegios a los que han acudido los redactores de Metrópoli Abierta se tardaba ese tiempo de media.
Sin embargo, en el colegio Antaviana, en Nou Barris, el proceso duraba 50 minutos. Nunca antes se había visto una cola similar en este centro, informa Aroa Ortega. Algo similar ha sucedido en otros distritos de la ciudad, como en Can Fàbregas, en Sarrià-Sant Gervasi, la escuela Univers de Gràcia, y en la sede del distrito del Eixample (en la calle de Aragó).
"VOLVEREMOS A VOTAR"
En la escuela Univers de Gràcia, dos ancianas mantenían una intensa discusión. La primera, Maria, tiene claro que en primavera tendrá que volver a votar. "En estas elecciones no se resolverá nada. Todo quedará igual". Eugènia, por su parte, recuerda aún las cargas policiales del 1-O. "Espero que gane ERC de calle y demos una lección de democracia al Estado español".
En distintos colegios electorales se han visto bufandas y gorros amarillos en protesta por el encarcelamiento de los exconsellers y los Jordis, también unos pocas bufandas naranjas, en apoyo a Ciudadanos. Joan lleva un gorro amarillo "porque cuatro inocentes siguen en prisión". La Junta Electoral Central ha prohibido los lazos amarillos a los miembros de las mesas y a los apoderados o interventores políticos. Se consideran un símbolo político.
Quien sí que llevaba un lazo amarillo era el exPresident, Artur Mas. Según informa El País, esto ha provocado que un ciudadano, Cristian, le haya regañado. "Está prohibido. Es increible que se lo tenga que decir yo", le ha espetado el vecino a la salida de la escuela Infant Jesus de Barcelona. En realidad, Mas es ahora un ciudadano de a pie y lo podía llevar.
INTERVENTORES DE ERC
Llamaba la atención que en todas las mesas del Moisès Broggi que ha comprabado este diario había un interventor de ERC y ninguno del resto de partidos. Según la Generalitat, un interventor es la persona que representa a una candidatura en una mesa y puede participar en las deliberaciones "con voz, pero sin voto". También pueden formular reclamaciones y "pedir certificados".
En el Moisès Broggi, sí que había apoderados de la mayoría de los partidos, pero, a primera hora, no estaban en las mesas. Un apoderado representa a una candidatura y puede acceder a todos los locales electorales. Si los partidos no tienen interventores, los apoderados pueden actuar como tales. "No somos tantos como los de ERC", han explicado apoderados del PSC y Ciutadans. "De momento, iremos pasando por las mesas. Después, esperemos que venga más gente", comentaba una joven de la candidatura naranja.
La situación se ha repetido en otros colegios. La sensación era que ERC había conseguido movilizar más apoderados o interventores que el resto de partidos. A falta de cifras oficiales, los republicanos esperaban movilizar unos 14.000 apoderados.