Hace casi año y medio que se presentó el Pla de Barris de la Trinitat Nova, uno de los barrios de Barcelona con un nivel de renta por debajo de la media de la ciudad. Situado en la falda del Parc Natural de Collserola, una barriada que ha convivido siempre con la especificidad orográfica de la zona y ha interactuado con los recursos que Collserola le ha prestado: vegetación, barrancos, pequeñas aves y canalizaciones de agua que se han aprovechado para abastecer de agua a toda la ciudad. Unos precedentes que el Pla de Barris, impulsado por el gobierno municipal, no ha tenido en cuenta, según los vecinos más implicados con el Parc de Collserola.
El Pla de Barris sustituye al antiguo PAM (Pla d´Acció Municipal) con intereses renovados y reforzando el área de ecología, pero al final, no se adapta a las necesidades reales del entorno donde se implanta en lo que se refiere a la relación de los barrios colindantes con la sierra de Collserola. El Pla de Barris pretendía vincular el espacio natural con equipamientos del barrio como la Casa de l´Aigua o el colegio Sant Josep Oriol para estimular su actividad. Dos equipamientos que ya tienen actividad propia: la Casa de l´Aigua organiza visitas guiadas a las instalaciones que distribuyen el agua a la ciudad y el colegio, aunque continúa abierto, ha estado a punto de cerrarse en más de una ocasión por el ratio tan bajo de alumnos que representa en comparación a la media de la ciudad.
La intencionalidad del proyecto del Pla de Barris se ha quedado en un propósito sin éxito. Presentado el anteproyecto, con un margen de alegaciones limitado por las vacaciones navideñas y sin anunciarlo como sí se hizo con las propuestas, el proyecto de ‘Les Feixes’, iniciado en 2015 durante el mandato convergente, es una parcela plantada de almendros y cerezos que Parcs i Jardins solo cuida pocas veces al año. Un terreno que, según el anteproyecto el Pla de Barris de Trinitat Nova se destinará para construir un skate park y 17 parcelas de 35m² para huerto urbano.
La cuestión de los huertos urbanos ya existe en la zona desde que se quedó en desuso el campo de fútbol de la Trinitat Nova. Un campo de tierra que se echó abajo con la construcción del túnel del suburbano. La entonces, nueva línea 11 que convirtió el campo en una explanada para el deshecho de materiales que producían las obras. La única línea que une los barrios de la periferia norte de Barcelona.
Arrasado el campo de fútbol, hoy solo quedan en pie los vestuarios, que utilizan dos entidades vecinales de la zona: la ‘Societat Ocellaire de Trinitat Nova´, la banda de música La Madriguera´, junto con las personas voluntarias que cuidan los huertos. Los primeros se ven obligados a pagar un seguro por la sala que ocupan y de la cual, ya se les ha avisado que tendrán que irse en enero o febrero porque el fin es demoler esos vestuarios. Sin embargo, el gobierno municipal no contempla en el Pla de Barris la reubicación de la sociedad que cuenta con 131 socios cuya actividad se concentra los sábados. La Madriguera tendrá una sala asegurada en el nuevo casal de barrio y los cuidadores de un huerto, se quedan fuera de juego en el Pla de Barris. Uno de los principios del gobierno municipal, teóricamente, era hacer partícipes a los ciudadanos para la transformación de una ciudad más ecológica y facilitar la interacción con el medio ambiente.
“Proceso participativo, ¿dónde?”, exclama indignado, Manuel Leonés, vecino comprometido con el cuidado del Parc y uno de los responsables del huerto urbano.
“Vino Jennifer Coronado, -consejera de Nou Barris, especializada en medio ambiente- le enseñamos el algodón que cultivamos en el huerto y la posibilidad de usar el terreno de Les Feixes para un proyecto sostenible y social respaldado por un estudio realizado por la UPC y la Fundació Miguel Agustí, siguiendo un modelo que ya funciona en Sant Vicenç del Horts y Jennifer nos dijo: ésos os quieren vender la moto”, explica Manuel. Según él, no la ha vuelto a ver en ninguna reunión de barrio para revitalizar las zonas limítrofes con el Parc, como es el caso de estos huertos. Ni Jennifer, ni la técnica del Pla de Trinitat Nova han introducido ninguna propuesta vecinal.
Al final, la idea que vendían los ‘comuns’ de contar con la participación de los vecinos, por ser quienes mejor conocen los usos de los espacios de su barrio, ha fracasado con Les Feixes. Un espacio natural, menospreciado por el área de Ecología, Urbanismo y Movilidad que permite el almacenamiento de materiales y runas de obras públicas sobre una antigua petanca que sí usaban los mayores de la zona.
El Pla, etiquetado de sostenible, prevé la ampliación de una pista deportiva al lado del colegio Sant Josep Oriol, un trabajo que requiere recortar montaña por un lado que, pese a ser Parc Natural, nunca se ha catalogado el legado de elementos históricos relacionados con el circuito de aguas que posee. De este legado, el ayuntamiento quiere recuperar una parte para ampliar las visitas turísticas que se organizan desde Casa de l´Aigua.
SOCIEDAD DE PAJAREROS
Además, de quedarse sin lugar, la Federació Catalana de Caça, una de las más rígidas del Estado, obliga a los pajareros a anillar a sus pájaros y registrarlos. Las anillas se atan en el tarso y son de un metal que les produce picor. Por ese motivo, las aves se pican ellas mismas los tarsos y los dedos provocándose heridas y así, algunos grupos que defienden a los animales “nos critican de maltratadores”, defiende Gabriel Rodriguez, miembro de la sociedad desde hace más de seis años. “Nos gastamos mucho dinero en cuidar a los pájaros. Les limpiamos de aguas residuales e insecticidas que consumen antes de ser capturados y apostamos por la cría silvestre”.
Los pajareros y las personas del barrio más sensibilizadas con la naturaleza reclaman la atención prometida a un equipo que entró a gobernar en nombre de la Ecología y la Sostenibilidad que no está dando la talla. “Aquí tenemos potencial y ganas de cuidar el Parc y no quieren hacer nada” critica Leonés intentando sacar un hueco de su vida para presentar algunas alegaciones a tiempo, que desea esperanzado, de que sirvan para dar un giro al Pla. Un Pla anunciado a cuatro voces pero menos participativo de lo que esperaban.