La llegada del nuevo año suele traer consigo los habituales buenos propósitos de cada mes de enero (dejar de fumar, hacer deporte, adelgazar, etc) y un sinfín de buenas intenciones que año tras año se acaban incumpliendo por los motivos más diversos.

La preocupación por mantener un estado de forma acorde con la edad y por conservar una buena salud llevan a miles de personas a apuntarse a gimnasios donde poder realizar el ejercicio físico adecuado a las necesidades de cada cual y dirigido por expertos que aconsejan el tipo y la intensidad del ejercicio que más de adapta a cada individuo.

Sin embargo, para muchas personas el principal problema es encontrar el tiempo disponible para poder ir al gimnasio sin dejar de hacer otras cosas que tan solo se pueden llevar a cabo en determinadas horas, como ir a comprar comida, o ropa, o quedar con los amigos para ir al cine, tomar algo o simplemente charlar.

Esa falta de tiempo para ir al gimnasio ya no es excusa desde que se empezaron a imponer los gimnasios 24 horas, los que permanecen abiertos todos los días de todo el año. Lo más habitual es que este tipo de centros pertenezcan, o sean franquiciados, de grandes empresas dedicadas a este sector. En Barcelona destacan tres, Anytime Fitness, con mas de 10 centros abiertos; Snap Fitness, que cuenta con 6; y BCN-Fitness.

La idea principal de gimnasios 24 horas es ofrecer un servicio de conveniencia para los usuarios que desean hacer deporte para mantenerse en forma pero tiene dificultades para adecuar su horario a los horarios de apertura habitual del resto de los gimnasios.

PROS Y CONTRAS

Evidentemente tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes. Cuando alguien acude a un gimnasio a horas intempestivas es probable que no encuentre a nadie más haciendo deporte, aunque esto puede suponer una ventaja para aquellos usuarios a los que les guste la tranquilidad y no les moleste la soledad. De todas formas, estas instalaciones suelen tener medidas de seguridad, como cámaras de vigilancia o pulsadores de emergencia para cualquier tipo de incidente. 

Por contra, las instalaciones suelen contar con programas de televisión en los que se pueden seguir determinadas clases virtuales adecuadas al tipo de gimnasia que el usuario quiera llevar a cabo ya que la posibilidad de elección es amplia. De todas formas, este tipo de actividades son para el horario nocturno o en determinados festivos, cuando no hay monitores, ya que durante el horario diurno el gimnasio funciona como cualquier otro y cuenta con los monitores necesarios.

Además, estos establecimientos suelen tener la ventaja de que ofrecen unos precios muy competitivos, lo que les ha llevado a atraer a un buen número de aficionados que han encontrado un aliciente en la ventaja de poder acudir a practicar deporte en un gimnasio sin limitaciones horarios.

MALESTAR VECINAL

Uno de los principales problemas que genera esta nueva modalidad es el malestar que su funcionamiento ha generado entre los vecinos que comparten edificio con las franquicias. Los vecinos se quejan de los ruidos que generan en los gimnasios los usuarios cuando corren en la cinta o dejan caer las pesas en el suelo, o por el ruido del aire acondicionado e incluso de las duchas, en horario nocturno.

De hecho, los vecinos han formado una plataforma de afectados en Barcelona por este tipo de instalaciones y han presentado algunas denuncias ante los responsables del Ayuntamiento para pedir el cierre de algunas de estas instalaciones, concretamente aquellas que se encuentran en edificios de viviendas. Los vecinos se quejan de que en el horario nocturno los ruidos son muchos más patentes y molestan a los que en esas horas intentan descansar.

Incluso el Govern intentó cambiar la ley para obligar a esos centros a que tuvieran las 24 horas un responsable presente en la instalación, algo que en la práctica podría suponer la desaparición de muchos de estos gimnasios, incapaces de acomener un gasto de esas características. Sin embargo, esa limitación la puso en cuestión la Autoridad Catalana de la Competencia, que afirmó que la medida, además de ser muy restrictiva, podría entrar en colisión con la Directiva de Servicios de la Unión Europea.

Noticias relacionadas