Barcelona ha celebrado este sábado la entrada del Año Nuevo 2018 chino con un desfile por las calles del Fort Pienc que ha contado con la participación de dragones y leones, así como otra serie de actividades, en el paseo Lluís Companys.
Según el calendario chino, a 2018 le corresponde el signo del perro.
Unas mil personas, incluyendo a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, han participado en un desfile que ha recorrido las calles del Eixample, desde el parque de l'Estació del Nord hasta Arc de Triomf y paseo de Lluís Companys. A lo largo del día se ofrecerán espectáculos musicales y habrá una feria gastronómica y cultural
La comunidad china -que cuenta con unas 30.000 personas en Barcelona-, junto con otras entidades del Eixample y organizaciones como la Fundación Instituto Confucio de Barcelona y Casa Àsia, organizan este evento desde hace muchos años para mantener las tradiciones de la comunidad y mostrar a los vecinos la celebración del año nuevo. Una cincuentena de entidades chinas y catalanas llevaban preparado esta fiesta desde medio año antes.
Dragones y leones chinos, pero también trabucaires y gigantes, han desfilado por las calles del Eixample. Según el calendario chino el año 2018 corresponde al año del perro, que según Shiru Chang, codirector del Instituto Confucio, simboliza “la fidelidad, el trabajo, la inteligencia… pero también la honestidad”.
Una Barcelona intercultural
En declaraciones a BTV, Chang ha explicado que esta fiesta “es tan importante para nosotros como lo es la Navidad para Occidente”. Para los chinos que viven fuera de su país, la celebración sirve para mantener su tradición a pesar de la lejanía. Según datos oficiales, en Cataluña actualmente hay 70.000 ciudadanos chinos, y de éstos, 30.000 viven en la ciudad.
Por su parte, Javier Orduña, codirector del Instituto Confucio, ha dicho que cada vez hay más interés en la cultura china y más estudiantes de su lengua. “Se trata de una fiesta intercultural”, ha destacado. En este sentido, la escuela Fort Pienc ha participado en el desfile, convirtiéndose en el primer centro público barcelonés en formar parte del mismo.