La críticas por la suspensión de la regata Barcelona World Race (BWR) no cesan. La Federació Catalana de Vela, el Reial Club Nàutic de Barcelona, el Reial Club Marítim de Barcelona y el Barcelona Clúster Naùtic dicen que la decisión "sin duda" compromete "años de esfuerzos y de inversiones" y supone "un golpe muy duro". Las cuatro instituciones han emitido un comunicado conjunto contrario a la cancelación de la prueba, que tenia que empezar en enero del 2019.
El documento lo firman los presidentes de la Federació Catalana de Vela, Xavier Torres; el Reial Club Nàutic de Barcelona, Fèlix Escalas; el Reial Club Marítim de Barcelona, Antonio Masriera, y el Barcelona Clúster Naùtic, Toni Tió. Estas personas lamentan la suspensión de la BWR, "pocos meses antes de la salida" y afirman que "el acontecimiento, producto del dinamismo y la creatividad que caracteriza al deporte catalán, ha contribuido al fomento de la vela de alta competición y ha situado a nuestros navegantes oceánicos y a la industria náutica en la primera línea del panorama internacional".
En opinión de los representantes de la vela catalana, la decisión "sin duda compromete años de esfuerzos y de inversiones para hacer de Barcelona lo que es ahora, una ciudad abierta al mar". Los altos cargos añaden que "todavía queda mucho camino por recorrer y, lamentablemente, este hecho supone un golpe muy duro", aunque esperan que la suspensión se pueda revertir "en un futuro próximo" y de esta manera mantener "Barcelona como sede de grandes acontecimientos derportivos internacionales".
INACCIÓN MUNICIPAL
Según ha publicado este jueves Metrópoli Abierta, la suspensión de la importante regata no se debió a la situación política fruto del procés independentista, como se explicó en un primer momento, sino a la inacción municipal del gobierno de Ada Colau. Fuentes que han vivido muy cerca la organización del evento apuntan directamente a Jaume Asens, máximo responsable del área deportiva de la ciudad, aunque el Ayuntamiento tiene una comisionada de Deportes, Marta Carranza.
El consistorio dilató cerca de un año la firma de un aval para que la Fundación Oceánica de Barcelona (FNOB), organizadora de la BWR, pudiera pedir una póliza de crédito de un millón de euros para empezar a trabajar en la búsqueda de patrocinadores y espónsores. Tampoco se reunió en ningún momento la comisión interadministrativa, formada por Ayuntamiento y Gobierno central, sobre la regata. Entre otras funciones, la comisión debía controlar las exenciones fiscales fijadas por la ley a los patrocinadores.