El espíritu de Sant Jordi vence de nuevo

Los libreros empiezan a sacar cajas y a guardar los libros que no han vendido. Ha sido una jornada intensa y calurosa, durante la tarde sobre todo, que es cuando más gente ha salido a pescar libros y rosas entre la marabunta. El balance, según un comunicado del Gremio de Libreros, es positivo. “Las ventas se han producido de forma escalonada durante todo el día y masiva una vez más", han afirmado a falta de conocer las cifras definitivas, que se harán públicas el próximo viernes.

Joan-Ignasi Ortuño es la primera vez que pone su parada en La Rambla. Lleva sus libros para vender, así como los de sus hijos y amigos. Para atraer a los turistas ha puesto un cartel gigante donde les ofrece “la oportunidad de fotografiarse con un aborigen catalán”. Se pone la barretina y me lo muestra. “Mira, ¡y eso que me falta el porrón!”, añade riendo.

En otro stand un joven confiesa a través de un cartel que vende su primer libro. “Regalo abrazos a cambio de sonrisas”, especifica el autor ilusionado. Cerca de él hay una parada que se llama así, directamente: Libros en miniatura. Y eso es lo que venden. Desde El principito a Sherlock Holmes a un precio único: cinco euros.

UN LIBRO A CAMBIO DE SANGRE...

En plaza Catalunya, por cuarto año consecutivo, se ha puesto una asociación que ofrece libros a cambio de sangre. “Si alguien no puede donar, puede realizar otras acciones como llamar a su madre y decirle que la quiere”, explica Esther, una de las chicas de 1001 Ways To Buy.

El "aborigen catalán" en La Rambla durante Sant Jordi | HUGO FERNÁNDEZ

Los fans más fans hacen largas colas en el stand de la Fnac en Plaza Catalunya para que sus autores favoritos –entre ellos Federico Moccia o Elisabet Benavent– les firmen sus libros. Lo mismo sucede en el stand de La Impossible, donde se encuentran Llucia Ramis, Marc Ribas, Cristina Fallás y Marina Garcés, entre otros.

Rambla Catalunya durante la Diada de Sant Jordi | HUGO FERNÁNDEZ

Más que nunca, abundan los libros sobre política, por un lado, y feminismo, por otro. Este 2018 destacan los puestos de libros de segunda mano. Sin ir más lejos, desde un euro se pueden comprar ejemplares usados.

LOS LIBROS MÁS VENDIDOS

Algunos de los autores que más libros han vendido son María Dueñas, Fernando Aramburu, Martí Gironell, Joan-Lluís Lluís y A.J. Finn, según ha informado este lunes a las 19 horas el Gremio de Libreros. Después de dos años celebrándose en festivo, la Diada en jornada laboral ha permitido que los ciudadanos hayan cumplido con la tradición de una manera "escalonada y masiva una vez más", tal como ha explicado la presidenta del gremio, Maria Carme Ferrer.

Rosas en Sant Jordi | HUGO FERNÁNDEZ

Según los libreros, en ficción en castellano, los libros más vendidos han sido Las hijas del Capitán (Planeta), de María Dueñas; Patria (Tusquets), de Fernando Aramburu; La mujer en la ventana (Grijalbo), de A.J. Finn; Fuimos canciones (Suma de Letras), de Elisabet Benavent; y La tierra maldita (Grijalbo), de Juan Francisco Ferrándiz.

En no ficción en castellano han destacado Las almas (Espasa), de César Brandon; Piel de letra (Aguilar), de Laura Escanes; España quedó atrás (Now Books), de Ramón Cotarelo; Nada es tan terrible (Grijalbo), de Rafael Santandreu; y Sin censura (Espasa), del presidente cántabro Miguel Ángel Revilla.

na pareja disfrutando en Sant Jordi | HUGO FERNÁNDEZ

MÁS ROSAS... ¡Y MÁS AMARILLAS!

El presidente de Mercabarna, Agustí Colom, afirmó que Mercabarna-flor esperaba vender 1,2 millones de rosas más que el año pasado, en el que se comercializaron unos seis millones. Y, a falta de conocer la cifra total, parece ser que ha resultado un éxito.

Según confirmaba el Gremi de Floristers de Catalunya, ha incrementado la demanda de rosas amarillas, pasando de un 2 % de ediciones anteriores a un 10 % este año. También los envoltorios de este color se han popularizado en 2018: entre un 15 % y un 30 % del total comercializado son complementos y arreglos de color amarillo. Centenares de personas lucen este Sant Jordi rosas con un mensaje: “Que la libertad deje de ser una leyenda”.

Una señora y un hombre leyendo libros en Sant Jordi | HUGO FERNÁNDEZ

Es por eso que este 23 de abril, además de los habituales lazos amarillos en la ropa o colgados de las farolas de La Rambla de Barcelona, se han comercializado todo tipo de rosas amarillas. No solo reales, sino también de papel, de gominola o en forma de pin con esteladas incorporadas.

La política ha irrumpido en la Diada, pero no ha impedido que el amor siga primando en esta jornada tan tradicional en Catalunya. Y el espíritu de Sant Jordi ha vencido otra vez.