La decisión del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, de proponer al catalán Josep Borrell (La Pobla de Segur, 1947) como ministro de Exteriores no ha dejado a casi nadie indiferente. Tampoco a políticos que se postulan para la alcaldía de Barcelona, o de momento se dedican a marear la perdiz, como Manuel Valls y Ferran Mascarell. El primero es constitucionalista. El segundo, federalista reconvertido a independentista.
Borrell se ha convertido en los últimos meses en un firme defensor del constitucionalismo, contrario a las tesis independentistas y del "España nos roba", que retrató en Las cuentas y los cuentos de la independencia. Pero si por algo es odiado Borrell entre los independentistas es por decir, durante la campaña del 21-D, que Catalunya era una sociedad enferma y que, antes de coser las heridas, "hay que desinfectarlas".
Uno de los primeros en reaccionar al nombramiento de Borrell ha sido su amigo, Manuel Valls, que las próximas semanas tiene que decidir si se presenta a la alcaldía de Barcelona por Ciutadans o una plataforma abierta --constitucionalista, eso sí-- como él defiende. A través de twitter, el exprimer ministro francés ha calificado la propuesta como muy buena. "Si se confirma, es una excelente noticia para España y Europa", ha dicho Valls.
La relación entre Valls y Borrell se ha intensificado a raíz del proceso independentista en Catalunya. A ambos se les ha visto participar en distintos actos de Societat Civil Catalana y el exsecretario de Hacienda y exministro de Obras Públicas fue unas de las personas clave para acercar a Valls hasta Ciudadans.
A LA DERECHA DEL SOCIALISMO
Y, ¿por qué no al PSC, el partido de Borrell? En temas identitarios, Borrell está más próximo a Ciutadans que al PSC, a quien ha visto poco combativo con el procés. En Barcelona, además, los socialistas están focalizados en recuperar el voto de la izquierda perdido ante Ada Colau en 2015, y Valls, como bien sabe Borrell, se ha movido siempre por el ala derecha del socialismo francés. Ante este panorama PSC y Valls (si finalmente se presenta) no formarán ninguna plataforma conjunta a la alcadía. Así se lo comunicó hace un par de semanas Miquel Iceta al propio Valls.
Otro que podría acabar dando el paso y optar a la alcadía de Barcelona y que ha opinado sobre el nombramiento de Borrell es Mascarell. Recientemente, el exconseller de Cultura con Pasqual Maragall y Artur Mas dijo que meditaba presentarse a unas primarias independentistas --si se celebran-- y apostaba por una lista soberanista única al Ayuntamiento.
En declaraciones a Rac 1, Mascarell, que militó durante años en el PSC y después abrazó las tesis independentistas, opina que el hecho de que Borrell sea ministro de Exteriores no es una buena noticia. "De mi estancia en Madrid, la persona con la que he tenido los debates más duros ha sido Borrell. Hacía una interpretación de la sociedad catalana totalmente inaceptable. Hablaba de una sociedad enferma. Esto se lo he oído decir muchas veces. No creo que su planteamiento sea una buena opción para destensar", ha dicho Mascarell.
Otros que has cargado contra Borrell han sido el expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el diputado de ERC, Gabriel Rufián. En un tweet, el exalcalde de Girona se pregunta, sin citar al ministro, si rescatar "perfiles de otro tiempo, que se han significado en la escalada del odio, ¿es el gesto que tenían pensado para enviarnos un mensaje de fraternal desescalada?" Más explícito se ha mostrado Rufián, para quien el nombramiento de Borrell es una "vergüenza",