Las multas que la Guàrdia Urbana pone en Barcelona se tienen que redactar en el idioma que pida el ciudadano. Así lo asegura la síndica de greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, en una reciente resolución a raíz de una queja de un vecino que quería que la sanción le fuera entregada en catalán y el agente se la dio en castellano.
Las actuales PDA con que trabajan los policías municipales permiten impresiones en catalán, castellano, inglés, francés, italiano y alemán. Si no se selecciona ninguna opción, por defecto, la multa sale en catalán, pero quien finalmente decide la lengua que se utilizará es el agente.
En opinión de la síndica, "el esfuerzo que ha hecho la Administración para ofrecer la sanciones en seis idiomas, tiene que permitir que la persona sancionada escoja la lengua deseada para la notificación". La síndica valora que en el caso supervisado el policía decidió intencionadamente emitirla en castellana y sin preguntar a la persona en qué idioma quería la sanción.
OBLIGACIÓN A ENTENDER LA SANCIÓN
Según el secretario general del sindicato mayoritario en la Guàrdia Urbana SAPOL, Manel García, la obligación de los agentes es entregar la denuncia en el idioma que sea comprensible para la persona sancionada, para que conozca el motivo de la multa. García dice que, generalmente, se utiliza la lengua que pide el ciudadano.
El pasado mes de julio, una jueza de Barcelona anuló una multa de tráfico del Ayuntamiento de Barcelona porque la señal vertical solo estaba en catalán. La ciudadana sancionada dijo que no entendía el catalán y alegó indefensión. La magistrada aceptó el recurso que presentó la vecina y ordenó la retirada de la multa.