Sin terrazas no hay Barceloneta
Los restauradores de Juan de Borbón no están dispuestos a hacer caso a las restricciones de Gala Pin
30 noviembre, 2018 19:19Noticias relacionadas
La protesta de restauradores y trabajadores en el paseo Juan de Borbón, la gran vía del barrio de La Barceloneta, ha vuelto a poner en evidencia este viernes una problemática, la de las terrazas, que mantiene en 'guerra' al Gremi de Restauració y sus asociados con el equipo de gobierno del Ayuntamiento, el de los Comuns de Ada Colau.
Mientras los trabajadores cortaban momentáneamente el paseo y golpeaban utensilios de cocina para alentar su protesta, al menos tres restauradores han explicado sus cuitas sobre la política de la concejala de Ciutat Vella, Gala Pin, que consideran lesiona sus derechos y está poniendo en peligro la continuidad de muchos puestos de trabajo del sector.
En este sentido, los tres han coincidido con las apreciaciones realizadas previamente por los máximos representantes del Gremi (el presidente Pere Chias y el director general Roger Pallarols). Como ellos, han explicado que el Gobierno municipal les ha “traicionado” poque, tras haberles prometido que mantendría el llamado 'pacto de las terrazas', se han encontrado con que el consistorio no piensa cumplir su parte del acuerdo alcanzado el pasado junio.
En el paseo, los restauradores han protestado porque consideran que las obras de pavimentación que se han hecho en la zona han sido un pretexto del Ayuntamiento para reducir el número de terrazas que les habían prometido. Así lo ha relatado Sonia, del Mesón Barceloneta: "Nos reducen un metro y medio de largo y 4 de ancho, lo que significa perder una hilera de mesas y bajar los ingresos".
Sonia también ha explicado que hace un mes el Ayuntamiento convocó una reunión informativa sólo con algunos operadores de la restauración, a los que intentó notificar la reducción. El resto de restauradores se enteró ("somos más inteligentes que ellos") y se opusieron ante el plan municipal de que sus terrazas pasasen de ocupar 5 metros de ancho (en unas aceras de 15 metros, como hasta ahora) a contar sólo con
3,8 metros.
Desde entonces, lejos de haber acercamientos, el consistorio ha ido enviando notificaciones particulares a los afectados, que estos se han negado a recoger. "Ahora ha comenzado a notificar las nuevas reducciones con testigos", ha criticado Sonia.
MUCHOS PUESTOS DE TRABAJO
“Aquí hay en juego 30 operadores y más de 1.000 empleos. En nuestro caso, nos afectaría en nueve terrazas. Pin no nos ha tenido en cuenta”, ha explicado Antonio, del restaurante Port Vell. “Nuestro clientes, muchos turistas, prefieren las terrazas que el interior del local. La mayoría facturamos entre el 80 y el 90% en las terrazas. Si me obligan a recortar, a lo mejor tendré que despedir a diez trabajadores...”.
Sergi, de la Arrocería l'Arròs, corrobora las palabras de Antonio: “En nuestro caso vamos a perder de tres a cuatro terrazas, cuyo impacto económico implicaría hasta dos trabajadores menos. Seguimos a la espera de ver el proyecto completo del paseo, y no solo parcial como está ahora”.
Según los representantes de estos tres restaurantes de La Barceloneta, la lucha entre operadores y consistorio se prevé dura y larga, a menos que Gala Pin rectifique. Ellos se sienten engañados por ella, ya que creían que el pacto al que se había llegado en verano iba a seguir su curso y no afectaría tanto a sus terrazas.
“Nos han querido tomar el pelo, pero no somos tontos”, arguye Sonia.”No entendemos que quieran hacer daño a quienes damos trabajo y servimos a La Barceloneta con nuestros negocios, cuando los grandes problemas del barrio, de verdad, están a la vista de todos: la inseguridad, la venta ilegal, las drogas...¿Por qué no arreglan eso en lugar de fastidiarnos a nosotros?”.
PIN, LA 'DIANA'
Alrededor de Sonia, Antonio y Sergi se mueven decenas de trabajadores golpeando sartenes y otros utensilios metálicos, lanzando lemas varios ('No a la persecución de terrazas', 'Merecemos un acuerdo como el de La Boquería', 'Los restauradores también somos barrio', etc) y mostrando pancartas, en su mayoría invectivas contra la que consideran grann instigadora de la 'traición' y culpable de lo que ocurre: la concejala del distrito: 'Gala Pin, dialoga', 'Gala Pin, dimisión', 'Gala Pin, escúchanos', 'Gala Pin, por qué nos persigues', y un largo etcétera.
Al cabo de una hora, la manifestación se ha acabado, y cazuelas, cucharones y sartenes han vuelto al lugar que les corresponde: las cocinas de los restaurantes, que nunca deberían haber abandonado. Pero, como sigan así las cosas en Juan de Borbón, mucho nos tememos que tendrán nuevas ocasiones de salir a la calle...