El gobierno de Ada Colau tarda, en ocasiones, semanas o meses en reparar las escaleras mecánicas o ascensores situados en las calles de Barcelona. El informe anual de quejas de la síndica de greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, correspondiente a 2018, pone de manifiesto que hay instalaciones que están sin funcionar mucho tiempo, lo que se traduce en un problema de movilidad para las personas mayores o con problemas de accesibilidad.

A lo largo de 2018, la síndica ha recibido distintas quejas sobre emplazamientos de la ciudad donde se ha producido esta problemática. Concretamente, las reclamaciones presentadas corresponden a las escaleras mecánicas de la calle de Murtra (Horta-Guinardó) y de Roma (Sarrià-Sant Gervasi), y del ascensor situado en Antoni de Capmany con la rambla de Badal (Sants-Montjuïc), entre otros lugares. Las quejas subrayan que "los aparatos están muchas semanas sin reparar y, por tanto, fuera de uso, sin que las reclamaciones sean atendidas", recoge el informe de la síndica (página 69), presentado ante el consejo plenario del Ayuntamiento el pasado 22 de febrero.

CIUTAT MERIDIANA, DOS MESES ESTROPEADO

Metrópoli Abierta también ha podido comprobar que la situación se está produciendo en otros barrios de la ciudad, como Ciutat Meridiana, la zona más pobre de la capital catalana. El pasado 14 de febrero, el candidato a la alcaldía Manuel Valls fue a este barrio de Nou Barris y la visita, casualmente, coincidió con las obras de reparación de unas escaleras mecánicas que llevaban dos meses estropeadas, explicaron diferentes vecinos.

Según Vilà, la no reparación de las escaleras ,"mantenida en el tiempo, ha provocado que muchas personas no hayan podido salir de su domicilio para hacer compras o para desplazarse para recibir atención médica", lo que ha aumentado las visitas a domicilio por parte de los facultativos. El pasado noviembre, la síndica decidió abrir una actuación de oficio sobre esta problemática para supervisar la actuación municipal y saber cuál es el motivo por qué las reparaciones no se llevan a cabo en un "tiempo prudencial". Por ahora, la defensora no ha emitido ninguna resolución sobre las quejas recibidas.

El ascensor de la calle del Telègraf, el pasado verano / HUGO FERNÁNDEZ



EL GUINARDÓ, BAJO MÍNIMOS

Algunos de los ascensores públicos, utilizados para superar las importantes pendientes que hay en los barrios de montaña, que más se estropean se encuentran en el Guinardó, en calles como las del Telègraf, Castillejos y Thous. Por ejemplo, el pasado verano, estas instalaciones estuvieron varios meses estropeadas. "El ascensor de Telègraf está más tiempo estropeado que funcionando", dijo entonces una usuaria, Maria Blanes.

Este medio publicó esta información el 24 de agosto. Un día después, el Ayuntamiento reaccionó y reconoció "carencias graves" en el mantenimiento de algunas instalaciones. El consistorio hizo una auditoría y abrió un expediente a una de las empresas adjudicatarias del servicio. También tenía previsto poner en marcha un nuevo contrato que tenía que mejorar el servicio. 

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