Barcelona cuenta con algunos equipamientos cuyo uso actual diverge del inicial. Esto, en gran parte, se entiende por la celebración de los Juegos Olímpicos del '92, en los que se crearon una serie de instalaciones que no siempre han tenido continuidad. En algún otro caso, el factor histórico incide de manera directa.
De hecho, algunas de ellas se han encontrado en estado de abandono de forma temporal, lo que ha provocado que quedaran desaprovechadas hasta su nuevo uso.
PALAU D'ESPORTS
Este equipamiento, construido para los Juegos Mediterráneos de 1955, lleva en estado de abandono unos cuantos años. Pese a ser utilizado como centro musical y sala de conciertos en su segunda vida, además de su finalidad deportiva, esta instalación no ha llegado a consolidarse en la capital catalana.
De hecho, la posibilidad de convertirse en un centro de coordinación de prevención y gestión de emergencias, propuesta de los comuns tras los atentados de 2017, tampoco llegó a buen puerto y, actualmente, la mayoría de alcaldables al consistorio han defendido recuperar este equipamiento para la práctica deportiva.
CANÓDROMO
La historia de este equipamiento es totalmente accidentada. Las carreras de galgos en el Canódromo de la Meridiana llegaron a su fin en febrero de 2006. Lejos de continuar albergando esta actividad, el Ayuntamiento adquirió al instalación con la idea de convertirla en una infraestructura deportiva. El proyecto no avanzó, por lo que desde el consistorio se defendió la idea de hacer del canódromo el Centro de Arte Contemporáneo, pero éste permaneció cerrado durante dos años.
No fue hasta 2012 cuando, tras años de desconcierto, se apostó por convertirlo en una instalación cultural ligada a la creatividad. Finalmente, en 2016, se inauguró el Canòdrom Parc d'Investigació Creativa, un espacio gestionado por el Institut de Cultura de Barcelona que actualmente funciona como punto de encuentro para las industrias creativas de la ciudad, en las que se pueden llevar a cabo proyectos de carácter empresarial.
PARQUE DEL FÒRUM
Inaugurado en el año 2004 para acoger el Fòrum Universal de les Cultures, el espacio del parque del Fòrum se ha convertido en un multiespacio polivalente que acoge una diversidad de eventos.
La instalación, que cuenta con espacios como la Plaza Leonardo Da Vinci, de 200 metros de largo por 50 de ancho, la Plaza dels Afussellats, que cuenta con una extensión de 7.000m2, la Plaza Ernest Lluch, de las mismas dimensiones que la Da Vinci y la Gran Esplanada, con hasta 84.000 m2. De la misma manera, cuenta con dos auditorios, de 4.950m2 y 1.450m2, y dos carpas, de 614m2 y 249m2.
Los espacios, que ofrecen la posibilidad de ser alquilados, se destinan actualmente a diversas actividades, como conciertos, conferencias y otras actividades.
CAN BATLLÓ
El que fuera un polígono industrial situado en el barrio de La Bordeta, inició su transformación en junio de 2011. Los vecinos, tras años de reivindicación para conseguir la reconversión del espacio, llegaron a un acuerdo con la propiedad de Can Batlló, mediante la cual se les cedía una de las naves para la creación de la Biblioteca Popular Josep Pons.
Durante estos años, los miembros de la Plataforma de Can Batlló han llevado a cabo diversas reformas, inaugurando espacios como unos huertos y un jardín comunitario, y haciendo uso de diversas salas para actividades culturales, llevando a cabo una transformación de la zona industrial que continúa en marcha.
La Comisión de Economía y Hacienda de Barcelona aprobó, el pasado mes de marzo, la concesión de 13.000 metros cuadrados a la Associació Espai Comunitari i Veïnal Autogestionat de Can Batlló. Este acuerdo estableció que el Ayuntamiento será el responsable de los suministros, la rehabilitación, el mantenimiento y la seguridad del espacio, mientras que los vecinos serán responsables de los seguros, las tasas y los tributos pertenecientes a la concesión y mantenimiento de Can Batlló. Además, éstos deberán garantizar el acceso de todo aquel que quiera acceder a la zona.