El Ayuntamiento promueve escuelas de primera y de segunda en Barcelona

El entorno de algunas escuelas de Barcelona está cambiando. Hace tres años, el Ayuntamiento de Barcelona puso en marcha la iniciativa Omplim de vida els entorns escolares (Llenemos de vida los entornos escolares), que consiste en pacificar los alrededores de distintos centros educativos de la ciudad, eliminando aparcamientos de los chaflanes -en las escuelas que hacen esquina-, ampliando las aceras y las zonas de recreo y descanso para que las entradas y salidas de los estudiantes sean más tranquilas y seguras.

Sin embargo, la iniciativa, seguramente muy necesaria, se hace a cuentagotas y en colegios muy concretos. Algunos centros que han reclamado el espacio llevan tiempo esperando sin que el consistorio les ofrezca una solución. Las escuelas que lo han logrado son unas privilegiadas. El Ayuntamiento parece promover escuelas de primera y de segunda en Barcelona, al menos en lo que se refiere a garantizar la seguridad de los alumnos en la calle.

CENTROS PÚBLICOS Y PRIVADOS

Según el Ayuntamiento, la iniciativa Omplim de vida els entorns escolares es una medida de gobierno aprobada por el distrito del Eixample que se puso en marcha el mandato pasado. Una de las prioridades ha sido poner en marcha la pacificación en el entorno de los centros públicos -aunque dos escuelas del Eixample donde se ha implantado no lo son-. Hasta ahora, la propuesta se ha puesto en marcha en 16 colegios o institutos de Barcelona, todos en el Eixample. Las escuelas en las que se ha pacificado el entorno son Auró, Diputació y Maria Auxiliadora, y el instituto Viladomat, las cuatro en 2016.

Posteriormente, el proyecto se amplió a los centros educativos del Fort Pienc, Ferran Sunyer y Sagrat Cor. Y este año las mejoras se han llevado a cabo en tres institutos -Ernest Lluch, Jaume Balmes, Poeta Maragall- y en las escuelas de la Concepció, Mallorca, Joan Miró, Ramon Llull, Tabor y Fructuós Gelabert. En total se han ganado 855 metros cuadrados de espacio para las peatones. 

La zona pacificada, delante de la escuela Emili Juncadella, en Sant Andreu / JORDI SUBIRANA 

MEDIO MILLÓN DE EUROS

Como ya explicó en febrero Metrópoli Abierta, los trabajos llevados a cabo este año han alcanzado el medio millón de euros. Algunas de las actuaciones concretas han costado 88.000 euros, caso de la escuela Mallorca, o unos 66.000 euros, en el instituto Poeta Maragall. Las remodelaciones han supuesto la pérdida de una treintena de plazas de aparcamientos -dos de ellas para minusválidos- y tres zonas de triángulos para motos.

En la escuela Fructuós Gelabert, en Indústria con Sardenya, las obras empezaron en invierno y hace unos pocos días, con el curso ya acabado, los operarios todavía trabajaban. En este caso, la pacificación ha consistido en la erradicación de los aparcamientos de la esquina, situada justo delante del centro, y la instalación de una graderías de madera que sirven de bancos, macetas amarillas y rejas para proteger la zona. También se han puesto bancos y otra reja de seguridad en la acera izquierda -de bajada- de Sardenya en dirección a la calle de Còrsega, justo delante de otro de los puntos por los que entran y salen los alumnos, y que separa la zona de recreo de un carril bici. En el citado centro estudia el hijo mayor de la alcaldesa Ada Colau. 

Pancarta sobre la escuela Sagrada Família en la que también se reclama el chaflán social / JORDI SUBIRANA

La escuela pública Sagrada Familia, situada una calle por debajo de la Fructuós Gelabert, en Sardenya con Còrsega, aunque en el distrito de Gràcia, se ha quejado de un trato de favor al Fructuós Gelabert, recogió L'Independent de Gràcia el pasado 28 de abril. Concretamente, el texto de la publicación dice que "la Asociación de Familias de Alumnos y la dirección de la escuela Sagrada Familia han denunciado un trato de favor al Fructuós Gelabert y las medidas de accesibilidad que han estrenado". Metrópoli Abierta ha intentado sin éxito obtener el punto de vista de la escuela, pero la dirección lo ha declinado. Sobre la fachada de la escuela, una pancarta reclama el "chaflán social. Aquí també cal". Ahora una vieja barandilla impide que los menores salten a la calzada. Algunos centros no tienen ni eso.

CRUCE SURREALISTA

La citada escuela no es la única que ha solicitado pacificar el chaflán y no lo ha conseguido. Padres del centro Immaculada Vedruna explican a este medio que también lo han pedido y, por ahora, no se les ha concedido. El centro concertado se encuentra en la calle de Dos de Maig, entre València y Mallorca, en el distrito del Eixample, a pocas calles de la escuela Tabor, que si ha logrado disponer de la zona de recreo en la confluencia de Cartagena con Provença, donde está uno de los cruces más surrealistas de toda la ciudad. Desde el Ayuntamiento se reconoce que la idea ha sido un éxito y que hay otros centros esperando, aunque no concretan cuántas hay en el conjunto de la ciudad. Las fuentes consultadas tampoco saben decir si la propuesta tendrá continuidad el mandato que ahora arranca.

La esquina pacificada junto a la escuela Tabor / JORDI SUBIRANA

Aunque el Ayuntamiento dice que la medida de gobierno solo se ha puesto en el Eixample, este medio ha podido comprobar que al menos en otro centro de la ciudad, el Emili Juncadella, en el distrito de Sant Andreu, se ha llevado a cabo una operación similar, aunque en este centro el mobiliario utilizado es distinto. En el suelo se ha instalado pavimento verde y azul, barandillas, jardineras y varios bancos. La actuación se ha llevado a cabo este curso a petición de los padres y madres.