La Guardia Urbana se queda sin alcoholímetros. La denuncia la hace el Sindicato de Agentes de Policía Local (SAPOL), uno de los sindicatos más importantes del cuerpo de policía. La dirección de SAPOL asegura que diariamente los agentes no pueden hacer en condiciones su trabajo por la falta de material, en este caso alcoholímetros y etilómetros.
SAPOL dice que es incomprensible que los etilómetros "casi" hayan desaparecido de las unidades y que haya patrullas que tengan que esperar hasta dos horas para disponer de un aparato. Los representantes de los trabajadores recuerdan que la Guardia Urbana es la policía encargada de la vigilancia del tráfico en Barcelona y para velar por la seguridad viaria y la reducción de los accidentes.
APARATOS DISTINTOS
Según el secretario general del SAPOL, Manel García, los alcoholímetros y los etilómetros son aparatos distintos. Ambos sirven para hacer soplar al conductor y ver el nivel de alcohol en sangre, pero únicamente el segundo imprime el tiquet con la hora en que se han llevado a cabo las pruebas y el nivel de alcohol en sangre. "El tiquet es necesario para las diligencias o si el caso llega ante la Justicia", precisa Garcia. Los etilómetros también son más precisos, pero más delicados y caros.
SAPOL afirma que la Guardia Urbana tiene entre 80 y 90 alcoholímetros y etilómetros. "Pero la mitad están estropeados o se tienen que calibrar", denuncia el representante sindical. García asegura que los trabajos de calibraje los hace una empresa de Madrid, lo que provoca que los aparatos tarden varias semanas en volver a estar disponibles.
Del total de dispositivos, un 70% son alcoholímetros y un 30%, etilómetros. "En un control de alcoholemia, primero se utiliza un alcoholímetro. Si la prueba sale negativa, aquí se acaba el procedimiento. En cambio, si sale positiva, hay que usar el etilómetro. A veces las patrullas tienen esperar una hora y media o dos para disponer de uno etilómetro con el ciudadano en el punto de control", critica García.
CRÍTICAS AL AYUNTAMIENTO Y A LA PREFECTURA
SAPOL se muestra muy crítico con el Ayuntamiento de Barcelona y la Prefectura de Policía. "Se llenan la boca con declaraciones a los medios de comunicación. Dicen que se trabaja para mejorar la seguridad viaria y reducir la accidentalidad". Sin embargo, para SAPOL la realidad es otra: "Los profesionales de la Guardia Urbana se encuentran una vez más sin herramientas para llevar a cabo su trabajo".
Desde SAPOL se hace un llamamiento a aumentar las inversiones para una Guardia Urbana "que se está quedando atrás en recursos materiales", lo que impide a los policías hacer bien su trabajo. Según SAPOL, uno de los motivos que explican la falta de alcoholímetros y etilómetros es una "nefasta gestión de la revisión y reparación" de los aparatos.
Tras la publicación de esta información, UGT recordó a Metrópoli Abierta que el verano pasado el sindicato ya denunció los problemas con los alcoholímetros. Fuentes de UGT aseguran que reclamaron una auditoría de los alcoholímetros sin obtener respuesta. El sindicato añade que también se quejaron del mal funcionamiento de los drogotest, que las fuentes consultadas definen como "lotes de juguete" que fallaban o tardaban lo suyo en dar positivo o negativo. UGT confía que el nuevo teniente de alcaldía, Albert Batlle y su equipo darán respuesta a este problema y a otros que tiene el cuerpo policial.