La sensación de inseguridad y degradación se expande más allá de Ciutat Vella. En la zona del Besòs desde hace un tiempo los vecinos se reúnen cada noche para denunciar el panorama que se les presenta día tras día. Lo hacen a golpe de cacerolada y con pancartas reivindicativas. Hasta 200 personas han llegado a congregarse en algunas ocasiones.
MAYOR SEGURIDAD
Uno de ellos de los que se hace eco de la problemática es Marc Antón, de la plataforma Salvalona, quien –de hecho– da apoyo total a la causa. “Inseguridad, gente que se droga en la calle y una dejadez absoluta”, enumera. Los habitantes del barrio reclaman una mayor actuación por parte del Ayuntamiento, Toni Castro, administrador del grupo de vecinos que pide el cambio, asegura que la zona se está degradando por momentos: "Somos un grupo de vecinos que solicita una mayor seguridad en el barrio. Desde hace un año está sucio, dejado y es muy inseguro para las familias que vivimos".
El colectivo, que organiza marchas nocturnas cada día de la semana, denuncia a Metrópoli Abierta que el Besòs se ha convertido en un lugar peligroso: "Cada vez hay más toxicómanos pinchándose por la calle", asegura Castro. A causa del aumento de consumo de heroína y del desmantelamiento de algunos de los narcopisos del Raval, los ciudadanos tienen que presenciar escenas escabrosas a plena luz del día. Además aseguran sentir un clima de intranquilidad por la creación de una supuesta narcosala cercana a un parque infantil.
GRUPOS MARGINALES
Esta zona lidia también con el uso indebido del comedor solidario por parte de grupos marginales. Estos provocan altercados con por armas blancas y realizan intercambios de sustancias ilegales, sin esconderse demasiado. Los representantes de la zona confirman que "el comedor se ha creado con el objetivo de darle de comer a personas del barrio con pocos recursos y familias en exclusión social", y que por eso se sienten muy molestos y decepcionados.
La criminalidad también se ha hecho palpable en este barrio a las afueras de Barcelona. El incremento diario de hurtos a niños y personas mayores ha ido in crescendo en el último año, tal como afirma el administrador Toni Castro: "Cada día hay más delincuencia, hurtos y acoso hacia los menores y los ancianos. Lo único que queremos es poder bajar al barrio con la seguridad de que no pasará nada, queremos vivir sin miedo, como siempre hemos hecho". Los comercios de la zona también han notado este acrecentamiento de robos, además confirman que se ha generado una corriente de venta ilegal de productos robados.
PLAGAS INSALUBRES
Otro de los motivos por los que el barrio obrero reclama ayuda es el repunte de plagas como cucarachas, ratas y chinches que pone en duda la salubridad de la zona. Los habitantes achacan la presencia de estos animales e insectos al escaso mantenimiento y limpieza de las calles. Por eso solicitan que el consistorio ponga más brigadas de limpieza, ya que las que hay no son suficientes para mantener el barrio de una forma digna y sana.
Además los vecinos exigen el cese inmediato de los pisos turísticos ilegales. También confirman a este medio que a diario se producen ocupaciones de pisos y locales, y que esto ha puesto en estado de alerta a todos los propietarios de la zona. Desde la plataforma ciudadana aseguran que seguirán protestando y manifestándose de forma pacífica hasta que las administraciones pertinentes tomen cartas en el asunto.