Los partidos políticos que sustentan el Ayuntamiento de Barcelona y el Gobierno catalán juegan al gato y al ratón con los ciudadanos barceloneses y con las entidades cívicas y asociaciones de vecinos. Tras el clamor popular despertado contra un hipotético centro residencial para menores extranjeros no acompañados (Menas) en la zona del Fòrum, los dirigentes políticos tienen alternativas, pero intentan llevarlas en secreto para no soliviantar a la población.
Según ha podido conocer Metrópoli Abierta de fuentes municipales solventes, la residencia para Menas es un proyecto que, tarde o temprano, se llevará a cabo. Y, desechado ya el solar el Fòrum (al menos, momentáneamente), hay terrenos alternativos. Las fuentes citadas apuntan a este diario que uno de los solares que están destinados para ello es el que hasta esta semana era un párking público en la manzana que delitiman las calles de Ca n’Oliva, Binèfar y Rambla de Guipúscoa, rayano con el metro La Pau.
ANTIGUO PÁRKING
Se trata de un extenso terreno que hasta hace poco aliviaba los problemas de aparcamiento de los vecinos, masificados en un barrio con pocas plazas de párking, con edificios levantados durante el desarrollismo de los años 60 y 70 y con demasiadas estructuras verticales de viviendas. EL terreno fue cerrado esta semana y el único vestigio que queda en él de su cometido como aparcamiento es el esqueleto oxidado de una vieja furgoneta. Pero las administraciones públicas juegan al despiste con el ciudadano. Un cartel enganchado en la valla reza que el día 5 de agosto se inician las obras de urbanización del recinto. A su lado, otro cartel similar dice que el inicio de las obras es el 12 de agosto. De hecho, no han comenzado todavía. De momento, según explican vecinos a este diario, sólo se ha desalojado el recinto y se ha prohibido aparcar allí.
PROPUESTA DE LA GENERALITAT
Hace pocos días, comenzó a circular el rumor de que el solar serviría para instalar módulos prefabricados y alojar en ellos a los clanes de gitanos rumanos que protagonizaron sonados enfrentamientos con los vecinos durante los últimos meses. Esos clanes, que molestaban al vecindario con juergas nocturnas, amenazas, ruidos, incivismo e incluso deposiciones en plena de la Rambla de Prim, fueron expulsados por grupos de vecinos, hartos de la inseguridad que creaban. Los ciudadanos llegaron a hacer guardia las 24 horas del día durante las últimas semanas de agosto para impedir la reocupación de los locales de la Rambla de Prim.
Fuentes municipales, no obstante, señalaron a este diario que “nunca se habló de crear estructuras o campamentos para etnias en particular, porque eso sería crear guetos. Lo que sí se ha puesto encima de la mesa es la posibilidad de que el solar junto al Metro La Pau acoja una residencia de Menas. Así nos lo propuso la Generalitat”. Otras fuentes van más allá y explican que la Generalitat –y concretamente la consejería de Trabajo y Asuntos Sociales- “tiene la intención de que la residencia de Menas se ubique dentro del distrito de Sant Martí. El sitio concreto se acabará de definir en un futuro próximo”.
EL PAPELÓN DEL PSC
Esa intención, por lo que ha podido conocer Metrópoli Abierta, sigue intacta. El PSC, que ganó las últimas elecciones en el distrito, tiene ahora un papelón. El descenso del apoyo a Barcelona en Comú (que bajó a la mitad sus votos en los últimos comicios municipales) fue parejo al aumento de voto socialista. El líder municipal del PSC, Jaume Collboni, no obstante, se encuentra ‘desaparecido’, al igual que Ada Colau, en el conflicto que atenaza al barrio.
Albert Batlle, el nuevo responsable de Seguridad del Ayuntamiento, visitó a los vecinos de la Rambla de Prim (que son los mismos que los del centro que ha de acoger a los Menas) para trasladarles su apoyo y su determinación de solucionar el conflicto con los rumanos. Pero a la hora de hablar de la residencia de menores, la cosa cambia, porque tanto Colau como la Generalitat ya habían pactado durante la pasada legislatura que se construiría el centro de menas. Y el PSC se encuentra ahora entre la espada y al pared.
CRÍTICAS DE LOS VECINOS
Fuentes vecinales critican con dureza la intención del Govern y de la alcaldesa. “Ese centro contribuiría aún más a la degradación del barrio, que ya está muy castigado con una gran concentración de inmigrantes del Este de Europa que han ocupado fábricas y locales cerca de esta ubicación. La residencia, además, está al otro lado de la calle del Grupo La Pau, una zona en la que aterrizaron hace pocos años varias mafias del Este que desplazaron por las bravas a los tradicionales clanes que había. A tiro de piedra, se encuentra Via Trajana, una zona que había salido de la marginalidad que la había afectado hasta no hace muchos años. Y a pocos minutos se encuentra también la futura estación del AVE”.
Lo grave, no obstante, es “el alarmante aumento de inmigración ilegal y okupaciones. El índice de delitos en el barrio se ha disparado y han vuelto a florecer, como hace décadas, los atracos o los tirones desde motos”. Lo que los vecinos temen es que si varios cientos de menas aterrizan en la Verneda, este barrio vuelva a convertirse en el polvorín que fue hace sólo unas décadas.