París declara la guerra definitiva a Airbnb

Son muchas las ciudades que lideran una lucha constante contra la empresa más poderosa que oferta alojamientos a particulares y turísticos, Airbnb. Desde su primer mandato, Ada Colau ha empeñado todas sus fuerzas y multitud de recursos para acabar con los alquileres ilegales, aunque no ha podido erradicar del todo el mercado de la plataforma en la ciudad condal. 

PARÍS PIERDE 26.000 HOGARES EN EL CENTRO

La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, es la candidata favorita en las elecciones municipales previstas para dentro de medio año. Por eso se está preparando correctamente los asuntos candentes que afectan a la sociedad parisina.

Uno de los temas que más se debatirá durante la campaña previa a las elecciones será el de la vivienda. Hidalgo se ha propuesto hacer algo al respecto y le ha declarado la guerra a la famosa plataforma y ha dejado clara su intención de prohibir su actividad en el centro de París. En una entrevista concedida a un medio francés, Anne Hidalgo aseguró que "En el centro de París se han perdido 26.000 hogares; quizá habría que prohibir la actividad de Airbnb en estos distritos del centro". 

"UNA DERIVACIÓN DE LA LEGISLACIÓN HOTELERA"

La candidata del Partido Socialista necesita que el Gobierno francés le dé competencias para actuar y erradicar los pisos turísticos que se están comiendo las zonas más importantes de la ciudad. En otra entrevista para Le Journal du Dimanche, la alcaldesa ha dejado clara su opinión sobre la empresa: "Estas plataformas de alquiler se han convertido en una derivación de toda la legislación hotelera, ya que las personas compran edificios completos y alquilan sus apartamentos a precios inmejorables, eliminando del mercado aquellas casas que podrían haber beneficiado a las clases medias".

París lleva tiempo sin llevarse bien con la empresa de alquiler turístico. El pasado mes de febrero, el Ayuntamiento reclamó a Airbnb un total de 12,5 millones de euros, por "no respetar" la legislación francesa. Hidalgo utilizó por aquel entonces la misma técnica que Colau: organizar a agentes de control para que estos contabilizasen los pisos turísticos ilegales.