El Ayuntamiento de Barcelona ha requisado alrededor de 400 patinetes de uso compartido a dos empresas que operan en la ciudad sin disponer de licencia, según la regidora de Movilidad, Rosa Alarcón. El consistorio está redactando la normativa que regulará el uso de estos vehículos en la capital catalana, pero la Ordenanza no estará lista hasta abril de 2020. Hasta entonces, las compañías no pueden operar. 23 de las 25 empresas llegaron a un pacto con el consistorio de no circular, pero dos, Reby y Bird, siguen alquilando patinetes.

Según Alarcón, los patinetes que se requisan -que en muchas ocasiones los servicios municipales se llevan de los aparcamientos para bicicletas, donde no pueden estacionar, por orden de la Guardia Urbana- no se devuelven. Los vehículos son retirados porque vulneran la normativa del uso intensivo de la vía pública. Entre el 16 de agosto y el 12 de septiembre, además, la policía había puesto 1.500 multas. Ahora la cifra se ha "triplicado", ha añadido la regidora sin dar cifras. Tras el inicio de esta campaña, la presencia de los patinetes ha disminuido en la ciudad

CIFRA INASUMIBLE

El Ayuntamiento dijo en septiembre que las 25 empresas que quieren operar en Barcelona pondría en circulación unos 10.000 patinetes en la ciudad, una cantidad que Alarcón considera "inasumible" para Barcelona. Cuando el gobierno municipal disponga de la normativa de funcionamiento, convocará un concurso público para otorgar las licencias para que los patinetes de sharing puedan funcionar en la ciudad. El consistorio fijará un número máximo de licencias.

Uno de los aspectos que el Ayuntamiento tendrá que solucionar cuando las empresas de patinetes puedan operar es donde estacionan estos vehículos. Entre las posibilidades que el consistorio baraja es que lo puedan hacer en las "U" invertidas para bicicletas, el mismo lugar donde ahora lo tienen prohibido. La operación pasaría por instalar otros 4.000 puntos de estacionamiento en forma de "U" diseminados por la ciudad.

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