Vuelven las meteduras de pata de Eloi Badia. El concejal del distrito de Gràcia ha vuelto a topar con la Junta Electoral de la Zona Barcelona, que ha frustrado sus anuncios preelectorales propagandísticos. Badia tenía intención de presumir este miércoles de uno de sus logros como regidor, pero finalmente no ha podido colgarse la medalla. ¿El verdugo? Junts per Catalunya, partido que ha estado atento a los actos propagandísticos del edil. 

Eloi Badia había programado para este miércoles una rueda de prensa para explicar una medida llevada a cabo en su distrito. Se trata de los 30 expedientes sancionadores a tiendas del entorno del Park Güell y de la Casa Vicens por incumplir la normativa que regula los comercios que venden souvenirs.

RECLAMACIÓN DE JXCAT

Sin embargo, Badia ha tenido que anular su convocatoria después de que Junts per Catalunya lo denunciara ante la Junta Electoral. El partido de Elsa Artadi ha presentado una reclamación al organismo al entender que el concejal contravenía la normativa electoral.

Así, el gobierno municipal ha preferido evitar encontrarse con una prohibición de la Junta Electoral y ha sido el propio Badia quien ha anulado su rueda de prensa. 

BADIA Y SUS ANUNCIOS

Y es que el concejal ya ha experimentado en sus propias carnes las prohibiciones de la Junta Electoral. Tal y como informó este medio, el 28 de abril el organismo anuló un acto propagandístico de Badia sobre el modelo de gestión del agua, que debía celebrarse en la Casa Francesca Bonnemaison. 

Ahora, Badia sigue surfeando con su propaganda política durante la campaña electoral. El lunes pasado, como vicepresidente de Medio Ambiente del Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) y hombre del agua de Colau, anunció una bajada de un 4,95% del precio del agua a partir de enero de 2020. No obstante, un informe de la Generalitat alertó previamente que el AMB no tiene las competencias para llevar a cabo esta disminución del precio.

Además, Badia evitó mencionar las variaciones de precio que aprobará la Agencia Catalana del Agua (ACA) y el incremento de la tasa metropolitana de residuos, que acabará suponiendo un aumento de la factura del agua. 

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