La acampada de plaza Universitat teme que sin el apoyo de las JERC (las juventudes de Esquerra Republicana), que hasta el pasado viernes participaba en la protesta, crezcan las posibilidades de un desalojo. El pasado viernes la rama juvenil de los republicanos y Arran, organización vinculada a la CUP, abandonó la protesta entre acusaciones de robo por llevarse 30.000 euros del dinero de la caja de solidaridad. Tras el fuerte aguacero de esta noche, que ha dañado decenas de tiendas, el movimiento asegura que tiene la “moral alta” y que resistirá “indefinidamente”.
Durante estos 15 días de protesta, el Govern de la Generalitat no ha mostrado ninguna intención de desalojar la acampada. Jaume Cebrià, del comité de comunicación de la acampada, cree que el apoyo inicial de las JERC ha sido clave. “No nos han echado porque teníamos un cojín político. Ahora es más fácil que nos desalojen”, explica. La fuerte lluvia de esta noche ha provocado la marcha de algunos jóvenes. Cebrià asegura convencido que volverán y que el aguacero no ha debilitado la concentración que agrupa a más de un centenar de tiendas.
PROTOCOLO DE SEGURIDAD
Los acampados cuentan con un protocolo de seguridad ante un desalojo policial. Cebrià sostiene que ni él mismo conoce los detalles del plan de actuación, que tan sólo lo conocen un grupo reducido de personas. ¿Su objetivo? Prolongar la protesta hasta conseguir una amnistía gubernamental para liberar a los líderes políticos y sociales encarcelados tras la sentencia del procés. Incluso en este supuesto, aseguran que la acampada podría mantenerse para exigir un referéndum en Cataluña.
Con cara de cansancio y tras dos días sin dormir, Cebrià resume la jornada más difícil para las decenas de personas que duermen cada día en la plaza. Muchas no han dormido y se pasaron la noche achicando el agua de las tiendas. Han salvado gran parte de la comida y material, aunque otros objetos como panfletos, palés y las mismas tiendas se han visto dañados por la lluvia. Colgadas sobre cuerdas, los manifestantes intentan secar prendas de ropa, mantas y tiendas.
Almacén de comida en una de las tiendas de la acampada.
2.000 EUROS RECOLECTADOS
Con la marcha de las JERC y el dinero recolectado, los manifestantes han empezado otra nueva caja de solidaridad. De momento han reunido 2.000 euros que usan de manera muy “selectiva”. A diario reciben donaciones de comida y dinero en efectivo, ya que descartan las donaciones virtuales “por razones de seguridad”.
Según Cebrià, la mayoría de personas que cruza la plaza Universitat les da su apoyo. No ocurre lo mismo con los comerciantes, que ven peligrar las ventas tras un mes de protestas y disturbios en las calles barcelonesas. Este jueves, a través de la asociación Barcelona Oberta, los minoristas han pedido al Ayuntamiento de Barcelona que “restituya el orden público”.