La acampada independentista de Barcelona está bajo sospecha. Primero, por la acusación a Arran y las juventudes de ERC del robo de dinero de la caja de resistencia. Ahora, por la denuncia de una constructora de la sustracción de un lavabo tipo Poly Klyn y 30 vallas metálicas de una obra cercana a la plaza Universitat, según informan la cadena SER y Crónica Global.

Los Mossos han confirmado que una firma del sector de la construcción interpuso el jueves una denuncia por el presunto robo de un baño y 30 vallas metálicas que llevan el logo de la compañía, cerca de la plaza Universitat, donde todavía acampan jóvenes independentistas.

RESTAURAR EL ORDEN

La acampada de plaza Universitat teme que sin el apoyo de las JERC (las juventudes de Esquerra Republicana), que hasta el pasado viernes participaba en la protesta, crezcan las posibilidades de un desalojo. El pasado 8 de noviembre, la rama juvenil de los republicanos y Arran, organización vinculada a la CUP, abandonaron la protesta entre acusaciones de robo por llevarse 30.000 euros del dinero de la caja de solidaridad. Tras el fuerte aguacero de la madrugada del jueves, que ha dañado decenas de tiendas, el movimiento asegura que tiene la “moral alta” y que resistirá “indefinidamente”.

La resistencia de los jóvenes acampados tiene consecuencias muy negativas para los comerciantes. Uno de sus principales ejes, Barcelona Oberta, ha pedido que se restituya el orden inmediatamente. Otras fuentes del sector aseguran que algunos comercios han perdido hasta el 80 o 90% de sus ventas desde la sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes del procés por culpa de los disturbios. 

EL GREMI DE RESTAURACIÓ

El sector de la restauración también ha sufrido importantes pérdidas en las últimas semanas y su director general, Roger Pallarols, también pide a los responsables municipales que desalojen la acampada de la plaza Universitat.

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