Amenazas y ciberataques: crisis del sexo de pago en Barcelona
Baja la industria del placer de pago en los strip clubs de la ciudad
9 diciembre, 2019 09:03Noticias relacionadas
Guerra en la noche de Barcelona por la falta de sexo. La industria del placer remunerado ha provocado un seguido de problemas entre clubes de striptease de la ciudad con amenazas y ciberataques.
El problema se encuentra en los comunes flyeristas, aquellas personas que se dedican a captar clientes a través de panfletos publicitarios. Los captadores arañan a los posibles usuarios para los strip clubs de Barcelona pero, en alguna ocasión, ha tenido que intervenir la seguridad privada ante la múltiples tensiones generadas, sobre todo en el Port Olímpic de la capital catalana.
BAJA LA INDUSTRIA DEL SEXO DE PAGO
Recientemente la industria del sexo de pago ha ido a la baja en Barcelona y ha sembrado la discordia entre los gerentes de los múltiples clubes, según ha avanzado Crónica Global. En este sentido, las salas de adultos de la ciudad han notado una contracción del consumo, sobre todo a causa de los múltiples altercados y disturbios tras la sentencia del procés.
El último caso se ha visto en el superclub erótico del Eixample, el Dom Champagne, que se ha visto obligado a bajar la persiana tras pocos meses de su inauguración. El que pretendía ser uno de los clubes más lujosos de España, acaba de cerrar sus puertas por falta de clientes.
OBLIGADOS A CERRAR
En otros locales del mismo estilo de Barcelona ha pasado una cosa similar. Las salas han perdido adeptos y, en otros casos, también se han visto obligados a cerrar, como pasó con el club Skylab y la polémica barra de destape del número 44 de la avenida Sarrià.
Tampoco tranquiliza la situación del histórico Bacarrá, el club de baile en barra que se encuentra en concurso de acreedores. Sobrevivirá, cuentan desde el sector, aunque haya entregado los libros en el Juzgado Mercantil número 4 de Barcelona, tal y como avanzó Metrópoli Abierta.
FALTA DE CLIENTES
Globalmente, existen en Barcelona medio centenar de locales con licencia de salas de espectáculos con reservados para la prestación sexual, un permiso antiguo y en extinción que ahora el ayuntamiento ya no concede. Otros strip clubs operan pegados a la ley mediante licencias estrictas de discoteca. Ello no es problema y la convivencia, por ahora, es buena.
El problema estriba en el bajón de clientes. La caída de demanda provoca que se agudice el ingenio de los operadores y, en algún caso, que las prácticas sean muy duras.