El FCBarcelona vive tiempos convulsos. La destitución de Ernesto Valverde, la mala gestión del mercado de invierno y la crisis de las redes sociales han destapado la caja de los truenos en una institución que mueve 1.000 millones de euros anuales, objeto de  deseo de intereses antagónicos a un año vista (o menos) de las próximas elecciones presidenciales. Antes, probablemente a finales de marzo, los socios deberán decidir el futuro del Espai Barça. En una asamblea extraordinaria, tendrán que aprobar o rechazar el nuevo plan de financiación del considerado “proyecto más importante del club en el siglo XXI”. Su coste está cifrado en 700 millones de euros, unos 100 millones más que inicialmente.

El Camp Nou, inaugurado el 24 de septiembre de 1957, fue concebido por el arquitecto Francesc Mitjans como un estadio vanguardista para acoger 90.000 espectadores. Costó 288 millones de las antiguas pesetas (1,7 millones de euros, aproximadamente). Actualmente, sus instalaciones han quedado obsoletas. En 62 años, el coliseo azulgrana solo ha sufrido dos reformas importantes: en 1982 (ampliación hasta 120.000 localidades) y en 1994 (se rebajó el suelo y, progresivamente, se suprimieron las localidades de a pie). Desde entonces, las obras han sido menores: arreglos y adaptaciones a las nuevas exigencias comerciales del fútbol de élite. Los palcos VIP, por ejemplo, son insuficientes y el Barça ingresa unos 40 millones anuales menos que el Real Madrid. Mientras el club azulgrana oferta unas 2.300 localidades de alto standing, su gran rival dispone de 5.000 después de que Florentino Pérez haya invertido unos 200 millones de euros para reformar el Santiago Bernabéu desde 2000.

“El Espai Barça es una necesidad si queremos seguir compitiendo con los grandes clubes europeos. Es un proyecto muy ambicioso que cambiará la historia de la institución”, sostiene Jordi Moix, vicepresidente y comisionado del Espai Barça. El ex presidente Sandro Rosell contempló la posibilidad de construir un estadio nuevo, pero descartó esta opción por su elevado coste: 1.200 millones de euros. El Barcelona, tras un largo proceso de reflexión, apostó “por un campo ENEA (Estadio Nuevo con la Estructura Actual)”, según esgrime el mismo Moix.

INICIO DE LAS OBRAS

Las obras del Espai Barça deben empezar este verano. Antes fracasaron dos ambiciosos proyectos que transformaban las instalaciones del club: el Barça 2.000, con Josep Lluís Núñez en la presidencia, y el Camp Nou de Norman Foster que promovió el también expresidente Joan Laporta. El primer proyecto chocó frontalmente con la oposición de los vecinos. El segundo (presupuestado en 250 millones de euros) tuvo que superar algunas trabas burocráticas y finalmente fue descartado cuando Rosell sustituyó a Laporta como máximo responsable de la primera entidad deportiva de Cataluña.

Maqueta del proyecto de Norman Foster para remodelar el Camp Nou bajo la presidencia de Joan Laporta 



Rosell, primero, y Bartomeu, después, buscaron un amplio consenso de ciudad. “En los últimos años, el Barça tuvo entre 50 y 60 reuniones con representantes y técnicos del Ayuntamiento de Barcelona y explicó el proyecto a todas las asociaciones de vecinos de Les Corts”, asegura una fuente próxima al máximo dirigente. Todos los grupos municipales, con la única excepción de la CUP, validaron el nuevo Espai Barça, que previamente había sido aprobado por una amplia mayoría (72,3%) de los socios del Barcelona en el referéndum que se celebró el 5 de abril de 2014.

VENTAJAS E INCONVENIENTES

Las asociaciones de vecinos, tras los recelos iniciales, ven tantas ventajas como inconvenientes al nuevo Espai Barça. “Después de muchas discusiones, los vecinos y comerciantes creemos que el Espai Barça es un proyecto positivo para la ciudad y para el distrito de Les Corts. Habrá mejoras progresivas”, asegura Josep Maria Menéndez, presidente de la Asociación de Vecinos de Sant Ramon.

Adela Agelet, secretaria de la Asociación de Vecinos de Les Corts, es la voz más crítica con la transformación del Camp Nou y su entorno: “Tendremos más problemas de movilidad que ahora porque, incomprensiblemente, el Ayuntamiento de Barcelona ha optado por reducir el número de carriles para vehículos en las calles próximas al estadio. La llegada es progresiva, pero después del partido es un caos. La salida tendría que ser más diáfana”.

OBRAS EN JOAN XXIII

Agelet lamenta que se hayan cortado “árboles con 50 años de antigüedad”, que se construya un nuevo hotel en las instalaciones del Barça y las molestias causadas por la demolición del Miniestadi, mínimas en comparación con otras instalaciones deportivas derribadas anteriormente. No obstante, aplaude la eliminación de las barreras que rodean las instalaciones del club y espera que la construcción de una nueva estación de metro permita un aumento de desplazamientos en transporte público.

La Federació de Asociacions de Veïns de Barcelona (FAVB) también ha expresado su rechazo a la transformación del Camp Nou y su entorno. Su presidenta, Ana Menéndez, manifiesta que "el Espai Barça es ilegal". "No se pueden hacer hoteles ni oficinas en zonas verdes o en equipamientos deportivos", añade la máxima responsable de la FAVB.

Ada Colau y Josep Maria Bartomeu se saludan tras el visto bueno del Ayuntamiento de Barcelona para remodelar el Camp Nou



El Barça cifró inicialmente en 600 millones de euros el coste del Espai Barça, que incluye la remodelación del Camp Nou, la construcción de un nuevo Palau Blaugrana y la reordenación del entorno del estadio, con la creación de nuevos espacios verdes, la supresión de las actuales barreras y la construcción de un nuevo hotel y oficinas. El Ayuntamiento de Barcelona ya ha iniciado la renovación de la calle de Joan XXIII y, posteriormente, iniciará la transformación de la avenida Arístides Maillol.

NUEVO MODELO DE FINANCIACIÓN

En 2014, la junta directiva del Barça contemplaba tres partidas para financiar el Espai Barça: 200 millones serían cubiertos con los denominados title rights (una marca comercial pondría su nombre junto a la denominación Camp Nou), 200 millones procederían de créditos financieros y los 200 millones restantes se obtendrían con los ingresos adicionales que generaría la nueva instalación en concepto de ticketing. Seis años después, y sin haberse cerrado un acuerdo comercial, el Barça plantea nuevas fórmulas de financiación.

Hoy, el Barça asume que el nuevo Espai Barça costará entre un 15 y un 20% más. “El club, de momento, aplaza la búsqueda de title rights y trabaja con alternativas que deberán ser ratificadas en una asamblea extraordinaria”, explican en los despachos del Camp Nou. “Se han introducido algunos cambios, pero las líneas rojas que acordamos en 2014 siguen intactas. La financiación del nuevo Camp Nou no puede costar un euro al socio. No habrá derramas ni se pondrán los ingresos actuales ni la finca como garantía”, añade la misma fuente. El Barça, además, espera generar 150 millones de euros al año extra con el funcionamiento de las nuevas instalaciones.

ASEGURADORAS Y ENTIDADES FINANCIERAS

El Barça trabaja con varias empresas para la financiación del Camp Nou. En los últimos meses, el club ha cerrado acuerdos por 200 millones de euros con cuatro aseguradoras: Pricoa Capital, Barings, Allianz y Amundi. La junta directiva y los ejecutivos de la entidad también negocian préstamos por valor de 400 millones de euros con cinco entidades financieras: Goldman Sachs, Citibank, Caixabank, Santander y Banc Sabadell. Y, según informó El Confidencial, el presidente Bartomeu ha solicitado un periodo de gracia o carencia a los bancos.

Imagen virtual del nuevo Camp Nou / FCB



Bartomeu y sus ejecutivos, mientras, no tienen prisa por cerrar el futuro apellido comercial del Camp Nou. Las negociaciones avanzan con gran discreción y, hasta ahora, ha trascendido que el Barça ha rechazado una oferta de Grífols y otra de Mediapro. “Buscamos el mejor acuerdo”, insisten en el Camp Nou. Públicamente nadie habla de cifras, pero sí reconocen que buscan un compromiso de larga duración, de entre 20 y 30 años. El importe anual que se persigue podría superar los 30 millones de euros.

MODIFICACIÓN DEL PGM

El Barça, en 2014, proyectó que las obras de transformación del Camp Nou comenzarían en verano de 2017 y concluirían cuatro años después. Sin embargo, los trámites burocráticos se alargaron más de lo previsto y se demoraron con el cambio de gobierno en el Ayuntamiento de Barcelona tras la victoria de Ada Colau en las elecciones municipales de 2015. La operación recibió el definitivo visto buenos tras la modificación del Plan General Metropolitano (PGM).

El nuevo Camp Nou ampliará su capacidad de los 99.354 asientos actuales hasta los 105.000 proyectados por el despacho del arquitecto japonés Nikken Sekkei. Todas las localidades estarán cubiertas (actualmente, el 60% de los espectadores se moja en un día de lluvia), se derribará la primera grada (será más vertical y acogerá los nuevos palcos VIP) y se igualará la tercera. También se instalarán nuevos videomarcadores con pantallas de alta tecnología led, se ampliarán los anillos de circulación exterior, se crearán nuevos ascensores y nuevos parkings subterráneos, y se modernizarán los espacios de restauración y hospitalidad.

EL NUEVO PALAU BLAUGRANA

La otra gran obra del Espai Barça será la construcción del nuevo Palau Blaugrana. El actual (inaugurado en 1971) será derribado y el futuro pabellón se levantará en los antiguos terrenos del Miniestadi. Las obras de demolición del antiguo campo del filial azulgrana comenzaron a finales de octubre y se alargarán durante seis meses.

Imagen virtual del primer proyecto del nou Palau Blaugrana / FCB



El nuevo Palau se proyectó, inicialmente, con capacidad para 10.000-12.000 espectadores. El club garantizaba una visibilidad óptima de todas las localidades y la construcción de palcos VIP. “Nos quedamos cortos en las previsiones y debemos reestructurar el plan inicial”, admiten en las secciones del FCBarcelona. “Queremos que el nuevo Palau tenga una capacidad próximas a las 15.000 localidades para cubrir las demandas de nuestros aficionados al baloncesto y para cumplir con futuras exigencias de la Euroliga”, añade la misma fuente.

AUMENTA EL PRESUPUESTO

El futuro Palau tendrá un coste superior a los 90 millones de euros proyectados inicialmente. Todavía no hay fecha de inicio de las obras de un pabellón principal que acogerá todos los partidos de la sección de baloncesto. La directiva del Barça, asimismo, también quiere ampliar la capacidad del pabellón anexo, que pasaría de 2.000 asientos a 3.500. En este pabellón se disputarían la mayoría de los partidos de las secciones de balonmano, fútbol sala y hockey sobre patines, con un poder de convocatoria muy inferior al baloncesto.

“Queremos que el nuevo Palau tenga patrocinadores propios y que las secciones multipliquen sus ingresos”, recalca un ejecutivo de la entidad. La pasada temporada, el Barça ingresó dos millones de euros en concepto de taquilla, una cifra récord pero ridícula frente a los 55-60 millones de euros que cuestan las secciones profesionales.

Panorámica del estadi Johan Cruyff, en la Ciutat Esportiva Joan Gamper / FCB



EL ESTADI JOHAN CRUYFF

La renovación de las instalaciones del Barça comenzó con el nuevo estadi Johan Cruyff, situado en la Ciutat Esportiva Joan Gamper, en Sant Joan Despí. Inaugurado el pasado 27 de agosto, tiene un diseño británico y puede acoger a 6.000 espectadores, todos cubiertos. El coste del pequeño estadio barcelonista ascendió a 12 millones de euros. En él juegan el Barça B, el Barça femenino y el Juvenil A. Y todos sueñan con hacerlo algún día en el nuevo Camp Nou, que aguarda una remodelación definida como “la operación más importante de la ciudad desde los Juegos Olímpicos del 92”.

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