El nuevo Camp Nou encalla. Las negociaciones entre los técnicos del Barça y del Ayuntamiento de Barcelona progresan favorablemente, pero los trámites burocráticos retrasarán la inauguración de la obra más ambiciosa de la primera entidad deportiva de Catalunya.
El Barça asume que el nuevo Camp Nou no estará terminado en 2021, año en el que finaliza el actual mandato de Josep María Bartomeu. El club convocó un referéndum el 5 de abril de 2014 y el proyecto fue aprobado por el 72% de los socios. Durante la campaña, Bartomeu anunció que las obras comenzarían en mayo de 2017 y concluirían cuatro años después, pero actualmente admite que el retraso "podría ser superior a un año”. Algunas fuentes aseguran, incluso, que el retraso podría ser de dos temporadas.
Fuentes del Consistorio, mientras, recalcan que todavía hay diferencias entre las dos partes y recuerdan que la reforma del estadio exigirá una modificación del Pla General Metropolità (PGM), un trámite que requiere varios meses y consenso político.
L'Associació de Veïns de Les Corts, por su parte, lamenta que sus representantes “todavía no han visto el proyecto”, pero admite que el actual modelo parece “más sostenible” que los presentados, anteriormente, por los expresidentes Joan Laporta y Josep Lluís Núñez.
TRAVESSERA DE LES CORTS
Las tres partes están de acuerdo en eliminar algunas barreras arquitectónicas como la gran valla que rodea el perímetro del estadio. En otros aspectos, en cambio, hay discrepancias, puesto que la remodelación del Camp Nou comportará cambios en Travessera de Les Corts al crecer la grada del gol sur.
“Queremos que el nuevo Camp Nou sea un proyecto de ciudad. El club se ha comprometido a abrir sus instalaciones y nuestra propuesta no contempla una acción especulativa”, argumenta una fuente del Barça.
“El proyecto de Laporta contemplaba la construcción de viviendas en los actuales terrenos del Miniestadi y Núñez quería financiar el Barça'2000 con una gran oferta comercial, un hotel, multicines, etcétera. La junta actual es mucho más sensible con las necesidades del barrio”, argumenta Adela Agelet, presidenta de l'Associació de Veïns de Les Corts.
LAS REUNIONES
Janet Sanz, teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad lleva las negociaciones con Jordi Moix, directivo responsable del área patrimonial del Barça. En los últimos meses se han producido varias reuniones entre las dos partes que tendrán una gran repercusión económica para la entidad y para la ciudad.
“La voluntad de gobierno municipal es velar por la compatibilidad del proyecto con los equipamientos del barrio y los usos ciudadanos del entorno”, comenta una fuente del Ayuntamiento.
La misma fuente municipal añade: “Cualquier propuesta de ordenación del entorno y reforma del estadio requiere una modificación del PGM. Se trata de un trámite largo que iniciará el Ayuntamiento y que requerirá un gran consenso vecinal, social y político para su aprobación”.
Moix hizo unas previsiones muy optimistas cuando presentó el nuevo Espai Barça, que tendrá un coste de 600 millones de euros y contempla la remodelación del Camp Nou (105.000 localidades, todas cubiertas), la reordenación de su entorno y la construcción del nuevo Palau Blaugrana con capacidad para 12.000 personas.
LA FINANCIACIÓN
El Barça todavía tiene que resolver los trámites burocráticos para iniciar las obras. En el club, sin embargo, preocupa mucho más su financiación.
La junta directiva que preside Bartomeu sigue sin encontrar una marca comercial que aporte unos 200 millones de euros por poner su nombre comercial al estadio. El presidente del Barça, además, se comprometió a comenzar las obras cuando la deuda del club sea inferior a 200 millones de euros. Actualmente es de 271 millones de euros.
El Barça espera facturar unos 700 millones de euros durante esta temporada. El incremento de la masa salarial, que sufrirá un importante crecimiento si se cierran las renovaciones de Messi, Rakitic y Ter Stegen, dificulta que a Bartomeu le cuadren los números para abordar la transformación del Camp Nou. En la junta directiva hay quien opina que el Barça debería asumir una venta millonaria para calmar las actuales tensiones económicas.