La mala marcha del primer equipo de fútbol, que seguramente tendrá que acometer una profunda remodelación a final de temporada, pone aún más dudas sobre los plazos del nuevo Espai Barça, un proyecto clave para el club y que condicionará su futuro financiero. 600 millones de euros, casi el presupuesto de esta temporada, son muchos millones para una entidad que cada año desembolsa una gran cantidad de dinero para traer jugadores y cuya masa salarial no deja de crecer.
Más allá de la viabilidad económica del proyecto, reivindicada por Bartomeu en numerosas ocasiones, lo importante es quién está detrás de las negociaciones con el Ayuntamiento y los vecinos para desbloquear la Modificación del Plan General Metropolitano (MPGM), imprescindible para que el Espai Barça sea una realidad. La persona que tiene esta responsabilidad es Jordi Moix, un experimentado directivo del sector inmobiliario que, sin embargo, parece tener un 'gafe' en lo que a carrera profesional se refiere.
CUATRO INMOBILIARIAS A PIQUE
El comisionado del Espai Barça tiene una dilatada trayectoria profesional en la que siempre ha estado ligado al mundo inmobiliario y urbanístico. En sus más de dos décadas de experiencia ha pasado por al menos cuatro inmobiliarias que o bien han cerrado o bien están a punto de hacerlo, además de por un sinfín de empresas, muchas ya extintas, en las que ha ocupado sobre todo el cargo de apoderado.
Moix fue durante siete años director general de Promoción y Expansión Internacional de Reyal Urbis, que está en concurso de acreedores desde 2013 y tiene una deuda de más de 4.500 millones de euros; antes fue director general en Catalunya de Metrovacesa (absorbida por Merlin Properties en 2016 tras años de pérdidas), director general de Layetana (cuya matriz quebró el año pasado) y de Habitat (que entró en concurso de acreedores en 2008).
CON VISTAS AL ETERNO RIVAL
Y ahora, compaginando con su cargo en el Barça, es director de Inversión de Talus Real Estate, una gestora de fondos inmobiliarios con sede en Madrid. Pero no en cualquier parte de Madrid. La compañía está ubicada en el piso 13 de un rascacielos en el Paseo de la Castellana número 93, a escasos 400 metros del estadio Santiago Bernabéu. Está tan cerca que si no lo ve desde su oficina, a buen seguro que podría escuchar las celebraciones de los goles que se marcan en casa del eterno rival.
LARGA VINCULACIÓN CON EL BARÇA
Moix pasó de ser un aliado de Laporta a un traidor para el expresidente. El ahora directivo formó parte del Elefant Blau, la plataforma de oposición que impulsó Laporta en 1997 para denunciar la gestión del expresidente Josep Lluís Núñez. Seis años más tarde, con la contundente victoria del abogado barcelonés en las elecciones de 2003, Moix formó parte de su junta directiva. Responsable del área patrimonial, dimitió dos años después cuando estalló la gran crisis entre Laporta y los partidarios de Sandro Rosell. Moix rompió con su antiguo amigo.
En 2010, con el triunfo de la candidatura que lideraba el exvicepresidente deportivo, regresó a la primera entidad deportiva de Catalunya. Desactivó el acuerdo de la anterior junta directiva para recalificar el Miniestadi y en los últimos años ha liderado el ambicioso proyecto de remodelación y reordenación del Camp Nou, que incluye también la construcción de un nuevo Palau Blaugrana y el Estadi Johan Cruyff, en la Ciutat Esportiva Joan Gamper. Una empresa muy compleja y que requerirá de toda la mano izquierda que tenga.