Barcelona continúa bajo la amenaza del amianto. El metro, el mercado de la Abaceria, la escuela Jesús-Maria Tamarit, los Jardines del Doctor Pla i Armengol... Y el centro deportivo de Can Cuiàs. La instalación barcelonesa ubicada en la avenida de Rasos de Peguera, que cuenta con socios en su mayoría procedentes del barrio de Montcada i Reixac, Ciutat Meridiana, Torre Baró y Vallbona muestra un estado estructural deplorable.

El techo es el principal señalado del polideportivo. Además de necesitar una rehabilitación, éste es de uralita, lo que supone un riesgo evidente para la salud de trabajadores y socios por la inhalación de fibras de amianto derivadas de los desprendimientos que ha llegado a sufrir el tejado.

ESTRUCTURA

Filiberto Bravo, presidente de la Asociación de Vecinos de Ciutat Meridiana, confirma el estado "deficiente" en el que se encuentra el centro, así como que "se está exigiendo que se cambie porque es cancerígeno". La problemática, incluso, llevó al consistorio a "intentar cerrar el centro" después de realizar unos estudios sobre la instalación, pero finalmente no se llevó a cabo.

Por contra, se realizó una mejora de "las estructuras interiores", pero se determinó que la mejor opción frente a esta amenaza era "proyectar un nuevo edificio".

En este sentido, Bravo critica la inacción del Ayuntamiento ante una cuestión que puede ser determinante en la salud de las personas, y afirma que la administración municipal "no ha dado fechas" para ejecutar la nueva edificación.

PROMESA ELECTORAL

Por el momento, parece que la solución ante esta amenaza del amianto ha quedado en una promesa electoral por parte de los comunes. El presidente de la asociación de vecinos explica que "presentaron un proyecto a finales de la legislatura pasada, en vísperas de elecciones".

Desprendimiento del techo del centro deportivo en Can Cuiàs / AVV CIUDAD MERIDIANA



Pese a que la iniciativa municipal debería ejecutarse en la presente legislatura, lo cierto es que por el momento tanto vecinos como abonados desconocen cual será el futuro de la instalación, que continúa funcionando sin restricciones en su horario habitual.

SITUACIÓN LÍMITE

La instalación, de titularidad pública y gestión privada, ha llegado a estar en una situación límite. En 2017 se sucedieron múltiples desprendimientos del techo de uralita que cayeron en la pista polideportiva, cuestión a la que se sumó el mal estado de los vestuarios, entre otras partes del gimnasio.

Pese a que estas deficiencias aproximaron al centro a su cierre, éste no se llegó a producir y actualmente al exposición del personal y clientes del gimnasio al amianto es tan perjudicial como diaria.

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